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Andy Cartagena reaparece a lo grande en Castellón

Vuelta al ruedo para Noelia Mota, que causa una grata impresión en su presentación en esta plaza.

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Tiene Manzanares el toreo de su maestro Pablo Hermoso de Mendoza metido en la cabeza. Intenta hacer las suertes con mucha templanza y despaciosidad. Se lució especialmente en el toreo a dos pistas y los comprometidos cambios por los adentros. Aunque todavía se le nota su bisoñez, se le adivinan maneras de torero importante. Buenos fueron los quiebros a toro parado, arriesgando mucho. Clavó una corta de buena ejecución. Perdió un posible premio con el rejón de muerte.

Había despertado expectación el debut de Noelia Mota en esta plaza, de hecho, fue recibida con una fuerte ovación e incluso todo lo que hizo tuvo un gran eco en el público. La rejoneadora paró con mucho temple a su toro de salida, llevándolo toreado a la grupa con el banderín del rejón de castigo. Con el alazán cuatralbo “Rayito” comenzó el tercio de banderillas, batiendo muy bien al pitón contrario. Con “Cezanne”, marcado con el hierro de Pablo Hermoso de Mendoza, dejó dos banderillas de buena ejecución. Un par al violín con “Velázquez” calentó los tendidos. Hasta dos cortas dejó a lomos de “Pavarotti”. No le dejó el presidente clavar una tercera y se armó una bronca en el tendido. Pinchó en varias ocasiones y se le esfumó el premio que tenía amarrado. Echó pie a tierra para descabellar con acierto a la primera. Hubo petición que fue desatendida por el usía. Dio una vuelta al ruedo clamorosa.

Poco calado tuvo la actuación de Joao Moura hijo en el público castellonense. El portugués dejó momentos notables en el tercio de banderillas, con perfectas batidas al pitón contrario desde el estribo a la boca de riego. Toreó templado a dos pistas y remató por los adentros con limpieza. Muy puro en la ejecución estuvo Moura aunque el público se mostró excesivamente frío. Remató con dos banderillas cortas con el toro ya muy parado. Estuvo desafortunado con el de muerte, pinchando reiteradamente.

Sergio Galán realizó una faena de menos a más al tercero de la tarde. El conquense se lució especialmente en banderillas con un toreo a caballo muy templado y reunido, siempre ofreciendo las cabalgaduras por delante. Pureza y despaciosidad fueron las claves de su faena ante un toro muy venido a menos. Destacó un par a dos manos de gran belleza. La pena fue que se le atascara el rejón de muerte y se le esfumara el triunfo. Mató al tercer intento.

Hambriento de triunfo salió Andy Cartagena, que reaparecía después de la lesión de rodilla que le apartó de los ruedos la pasada temporada. El de Benidorm brindó la faena a su padre y su hermano. Paró en un palmo de terreno de manera magistral a su oponente, que salió con brío. El tercio de banderillas estuvo cargado de espectacularidad y emoción, sobre todo cuando salió el popular “Pericalvo”, que se metió al público en el bolsillo con su peculiar balanceo. Hizo Andy una demostración de doma con piruetas en la cara apoyándose en los posteriores. El colofón fueron tres cortas al violín a lomos de “Bisbal”, con quien dejó también un certero rejonazo de rápido efecto. Faena de gran calado en la que se vio a un Andy Cartagena explosivo. El presidente no dudó en sacar las dos orejas.

Nobleza y temple tuvo el primer toro de Los Espartales, que facilitó el lucimiento de Fermín Bohórquez. El rejoneador gaditano paró con estilo y mimo al toro en el primer tercio, para clavar dos rejones de castigo. En banderillas clavó con pureza al estribo, siempre yendo de frente al toro. Pureza y clasicismo la de Fermín, condiciones que no siempre llegaron a un público más sediento de espectáculo. Un par a dos manos marca de la casa fue el epílogo a su faena. Tuvo que hundir hasta en dos ocasiones el acero de muerte para acabar con su oponente.

Toros de Los Espartales, justos de presentación y manejables. Fermín Bohórquez: Silencio; Andy Cartagena: Dos orejas; Sergio Galán: Ovación desde el tercio; Joao Moura hijo: Silencio; Noelia Mota: Vuelta al ruedo tras petición. Manuel Manzanares: Ovación. Entrada: Tres cuartos.