Ave Cesar Imperator

Alberto López Simón es el primer torero revolucionario del Siglo XXI, y puede ser el “esperado” que la providencia nos envía para que enderece tanto entuerto como afecta hoy a la Fiesta mas nacional de todas nuestras fiestas.

“Ave, Caesar Imperator, morituri te salutant” era el saludo de los gladiadores en los circos romanos antes de comenzar el combate. La actitud de Alberto López Simón en el ruedo es una mezcla de la fatalista decisión del samurai y el espíritu combatido del gladiador. Pero no queda ahí la cosa. Toreros valientes, incluso hasta el paroxismo, ha habido muchos en la historia de la Tauromaquia, pero López Simón va más allá, puesto que pisa unos terrenos que nadie osa hollar actualmente y además torea tan despacio que para el tiempo, y posee una cintura de extraordinaria flexibilidad y unas muñecas -ya lo tengo dicho- como auténticos tornillos sin fin.

Si a eso unimos que es capaz de aplicarle esa su manera tan pura de hacer el toreo a casi todos los toros, el resultado es un torero monumental y realmente revolucionario. Pero hay más: cuando torea el de Barajas nadie puede permanecer sentado. Y eso hace mucho tiempo que no ocurría con un torero. Ya no se puede hablar de una gran promesa sino de una gozosa realidad. Ahora mismo es el torero que más interesa en todo el universo taurino.

Tiene voluntad de Imperio. Y respecto a lo que está dispuesto a jugarse en el empeño es nada más y nada menos que la vida. Y lo hace con toda naturalidad y sin aspavientos ni falsos romances de valentía, como esta tarde en Las Ventas, que ha salido de la enfermería con una cornada seria, mermado de facultades pero diciéndole al médico titular de la plaza, que, como es natural, se oponía a que corriera un peligro cierto sin apenas aguantarse en pie: “Soy mayor de edad y estoy en plenitud de mis facultades mentales. Quiero salir a matar los dos toros que me quedan y le libero de su responsabilidad en mi decisión”.

Pues bien, en Las Ventas se ignoraba todo eso, pero la ciclogénesis que azota el espíritu del público cuando López Simón se coloca en “su” terreno, ha vuelto a hacer estallar la emoción en los tendidos, como pasó en Pamplona, en Cuenca, en Albacete, en Sevilla y en el pasado San Isidro. Por todo eso y mucho más que no encuentro palabras para explicar, he titulado este billete “Ave Cesar Imperator”, como saludo a un torero que llega para mandar en el toreo con las estrellas de capitán general en la bocamanga. Alberto López Simón es el primer torero revolucionario del Siglo XXI, y puede ser el “esperado” que la providencia nos envía para que enderece tanto entuerto como afecta hoy a la Fiesta mas nacional de todas nuestras fiestas.

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