La detención en Vic-Fezensac del gerifalte de los antitaurinos radicales franceses, por “rebelión y ultraje” a la fuerza pública, ha puesto en evidencia, una vez más, el carácter violento…
La detención en Vic-Fezensac del gerifalte de los antitaurinos radicales franceses, por “rebelión y ultraje” a la fuerza pública, ha puesto en evidencia, una vez más, el carácter violento del movimiento antitaurino. El prenda llevaba encima una bomba lacrimógena, seguramente para protestar pacíficamente contra la celebración de corridas de toros en Francia. Jean Pierre es su nombre y su apellido Garrigues. Puritito catalán. De casta le viene al galgo. Los extremos no suelen ser líneas paralelas y al final siempre tienden a encontrarse, porque, tras la detención del pacifista antitaurino con bomba incorporada, se ha tenido conocimiento de que la formación política de izquierda radical Podemos, que ha irrumpido en el panorama electoral europeo como un toro en una cacharrería, lleva en su programa la prohibición de la Fiesta de los Toros.
Nada que objetar. El citado grupo político tiene perfecto derecho a ser antitaurino. Pero es bueno que los aficionados a los toros y a las libertades en general sepan que si un día los de Podemos se erigen en bisagra de poder, y los grandes partidos necesitan sus votos para gobernar, no les temblará el pulso para pactar con ellos. Y no se pararán en el pequeño detalle de que el pacto lleve consigo la puntilla para la Fiesta de los Toros. Lo importante para todos es mandar y manejar el fruto de nuestro trabajo para enriquecerse lo más rápidamente que puedan. Lo tienen más que demostrado.
Aviso a los navegantes. Se aproximan las elecciones municipales y las legislativas, y cada cual puede votar lo que le plazca. Pero que nadie se llame después a engaño. Podemos, además de otras libertades, nos puede borrar del mapa de España la Fiesta Brava. Luego vendrá el rechinar de dientes. Y ya no tendrá remedio.
