Se ha proclamado nada más y nada menos que dieciocho veces cónsul. La última, con un nuevo golpe de autoridad en la pasada Feria de Pentecostés. Y es que su romance con Nimes viene de muy lejos después de haber protagonizado hasta tres gestas en solitario -una de ellas con adolfos-, y de haber cortado casi cien orejas y tres rabos. Unas cifras de récord. Con este palmarés de oro, Sebastián Castella volverá a hacer doblete siendo eje de la inminente Feria de la Vendimia. Que el idilio continúe…
Suele decirse que nadie es profeta en su tierra. Pero la historia del maestro francés en Nimes habla por sí misma. En sus dieciocho puertas de los cónsules ha paseado hasta en seis ocasiones un total de cuatro orejas. Aquel primer hito histórico, rabo incluido, data del 8 de mayo de 2008, temporada en la que se acarteló en Nimes hasta cuatro tardes cortando ese día el rabo a un garcigrande de vuelta al ruedo. Esplendorosa fue su temporada al año siguiente en el coliseo consiguiendo hasta tres plenos. El primero de ellos, el 28 de mayo de 2009, cortando cuatro trofeos de un lote de Zalduendo, consiguiendo hacer pleno también cuatro días después pero esta vez con astados de Domingo Hernández en el mano a mano que le enfrentaba a Perera. No quedó ahí la cosa, porque en la Vendimia de ese año también paseó otros cuatro apéndices, dos de ellos de un victoriano de vuelta en un apasionante duelo matinal con Morante.
Los otros dos plenos de Castella en Nimes llegarían en 2018, en una tarde cumbre el 19 de mayo con toros de Garcigrande, y haciendo historia nuevamente el 16 de septiembre en la Vendimia paseando un rabo de un toro de Núñez del Cuvillo de vuelta al ruedo.
TRES SOLITARIOS HISTÓRICOS
Por si fuera poco, Castella se ha encerrado en solitario en Nimes en tres ocasiones. Siendo una figura contrastada en España y el mejor torero de todos los tiempos en Francia, su primera gesta en el coliseo y una de las tardes más importantes de su trayectoria ocurrió en la Vendimia de 2008 cuando el 20 de septiembre agotó el papel y paseó cinco orejas y un rabo del sobrero de regalo de un total de siete toros de Garcigrande, Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río y Toros de Cortés.
Inolvidable fue también por su carácter altruista además de triunfal su solo por los damnificados de Haití, el 13 de mayo de 2010, sobreponiéndose al diluvio y cortando tres orejas de dos toros de Garcigrande. Además, fue capaz de encerrarse con seis toros de Adolfo Martín en la Vendimia de 2016. Más allá de las orejas -solo fueron dos por culpa de la espada-, aquella tarde cuajó al segundo desplegando pasajes de un temple esplendoroso firmando una de las faenas más sobresalientes de su vida.
Y es que la relación de Castella con Nimes crece en importancia si tomamos en cuenta además que a la categoría de las divisas que ha lidiado a lo largo de su trayectoria, se une a los distintos encastes a los que se ha enfrentado, de sangres tan distintas o peculiares como Samuel Flores, Adolfo Martín o La Quinta.
Pero el feeling de Castella con el coliseo ya se remonta a sus primeras temporadas como matador. Fue el 9 de junio de 2003 cuando abrió su primera puerta de los Cónsules tras cortar tres orejas de un lote de Torrealta. Sin embargo, ya había pedido paso las dos temporadas anteriores en Pentecostés, saliendo por la puerta de cuadrillas el 3 de junio de 2001 y el 16 de mayo del año siguiente. Esa actuación ante dos maestros –Ponce y José Tomás– le hizo destaparse como un torero a tener en cuenta.
Desde entonces, y además de los hitos ya mencionados, otras nueve puertas de los cónsules ha abierto. A ello se une la última, hasta el momento, del pasado 18 de mayo, cuando hizo soñar el toreo con un toro de Victoriano del Río. Un olímpico esportón con unas cifras de récord en el Coliseo para un torero de época. La Vendimia 2024 está de enhorabuena con su doble compromiso. Dichosos los que lo vean.
