“No hay dos sin tres”, escribió el pasado marzo en las redes sociales. Tras la de Miura en Sevilla hace dos años y la de Miura en Pamplona la temporada pasada, toca la de Miura en Madrid el domingo. En la primera ocasión, el motivo fue la celebración de los 75 años de presencia del hierro en el serial sevillano; en la segunda, los de Zahariche cumplían medio siglo en la Feria del Toro. Ahora, los 175 años de la ganadería.
-¿Motivos reales o excusas para vestirse de nuevo de luces?
–La mayor motivación es hacerlo con la ganadería de Miura, por lo que sigue logrando, por lo que significa para mí y para mi familia. Luego, está la otra parte profesional que se basa en querer crecer y sacar detalles de dentro que no pude enseñar como torero en activo. Todo cuenta. No es matar el gusanillo porque toreo en el campo todo lo que quiero. Y me han llamado de plazas de menor responsabilidad para torear y no he querido.
-¿El motivo?
-Porque me he marcado un camino muy duro y muy exigente, pero es el camino que quiero seguir.
TORERO (IN)ACTIVO
La imagen de un torero inactivo, aunque lo sea, no va con él. “Tanto en Sevilla como en Pamplona tenía una idea clara y creo que lo conseguí, que era que nadie pensara que iba como un torero retirado a torear esas corridas de toros. Mi objetivo no era matarla, sino triunfar con ella. Que me hubiera gustado estar mejor de lo que estuve, pues sí; pero creo que marqué un nivel de torero en activo. Y eso mismo es lo que me preocupa en Madrid. Sé que no me juego mi carrera profesional, pero para mí, ser capaz de triunfar en Madrid y ante una de Miura, es algo que tengo ahí dentro, clavado”. Sigue persiguiendo el triunfo, el anhelo de cortar orejas se mantiene vivo, aunque la finalidad no sea ganarse un sitio para la feria siguiente: “En mi caso, a priori, no tengo la presión de saber que del triunfo depende mi carrera profesional. No la tuve en Sevilla ni en Pamplona y tampoco la tendré en Madrid. No me quiero ganar el siguiente contrato para volver el año que viene. Pero por encima de eso está la responsabilidad personal, que es incluso más importante”.
DE MOMENTO, MADRID
Su motivación es matar la corrida de Miura en plazas de relevancia. Así, podría caber la posibilidad de que, en alguna Aste Nagusia de Bilbao, estuviera anunciado Dávila Miura con la ganadería familiar. Sin embargo, a día de hoy, ni siquiera es una idea: “Mucha gente pensaba que Bilbao podría ser este año, en vez de Madrid. O las dos. Pero yo veía que torear más de una corrida parecía ya que estaba buscando otra cosa distinta y no la estoy buscando. Y sí es cierto que muchos me preguntan qué haré en 2018, qué planes tengo… pero, sinceramente, sólo puedo pensar en Madrid. Después, ya veré. Estoy en mi momento más maduro, disfrutando más de la profesión que antes, con mejores sensaciones en el campo… Pero al final, llega uno a la plaza, sale el toro y es ahí donde hay que ponerlo todo en evidencia. Todo lo que digamos ahora mismo carece de valor”.
“EN MADRID NO ESTUVE COMO ME HUBIERA GUSTADO”
A lo largo de su carrera en activo, Dávila Miura suma un número considerable de tardes en la capital. Sin embargo, no consiguió los resultados que pudo obtener, por ejemplo, en plazas como Sevilla, Pamplona o Bilbao. “Madrid es quizás una plaza donde no demostré el nivel que debería. Creo que por una cosa o por otra no fui capaz de estar en Las Ventas como me hubiese gustado. Y quién me iba a decir a mí que once años después de retirarme iba a tener la posibilidad de volver a torear”. Por ese motivo, podría estar preocupado por el recibimiento de la afición de Madrid; pero lo deja en manos del público: “Tienen que recibirme como crean que deben hacerlo. No me voy a meter en eso. Fundamentalmente porque lo que sí me preocupa es llegar lo mejor posible y estar a la altura de la corrida de toros. A partir de ahí, si el público va a estar más receptivo o menos conmigo, también me lo tendré que ir ganando”, confiesa.
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