La pincelada del director, por José Luis Benlloch

Del bien al mal, del gozo a la desazón

José Luis Benlloch
martes 24 de octubre de 2017

En lo artístico, la del 2017 ha sido una buena temporada. En los temas de estructura y futuro, en planeamiento, en los enganches con la Administración y/o en la cuota de sintonía social, seguimos donde estábamos o peor, con mucha tarea pendiente y tan ninguneados como siempre. Se fue la temporada. Con Dios pues. La peor que sea como esta. A las cuestiones artísticas me refiero. Por mucho que nunca jamás un aficionado se dé por satisfecho ha sido una gran temporada con Ponce pletórico, Juli desbordante, Talavante intermitente pero grandioso cuando se sentía a gusto, irregularidad que en temas taurinos es moneda frecuente, que se lo pregunten si no a tantos Curros como ha habido, el último el de Linares, que este año hizo cosas preciosas aunque no seguidas; hubo más, Ferrera anduvo transmutado y deslumbrante; Ureña crecido desde su sinceridad; Bautista consolidado; Perera rescatado, Cayetano honroso y los jóvenes Roca Rey, Marín, Garrido, Fortes, Román, Leal… avanzando, sí, a distintas velocidades pero avanzando por mucho que siempre se quiera que avancen más aprisa; a Manzanares y a Morante se les echó de menos, a toreros así siempre se les echa de menos; Padilla resistió, hubo otros como los hermanos Adame o Colombo que abrieron nuevos caminos trasatlánticos y hay más nombres que merecen la atención y análisis pero esto era sólo una pincelada al paso. Y a propósito, otra pincelada para la esperanza, Sevilla por San Miguel, Madrid en feria de Otoño y ni qué decir Zaragoza por el Pilar, atrajeron más público que en los últimos años, incluso sin contar con las figuras más rutilantes y aunque ese subidón no ha sido la tónica general, reconozco que ha habido plazas en las que la desafección se notó mucho, hay que convenir que estas son plazas que además de subir la media generan tendencia, si esas plazas se llenan habrá efecto contagio.

EN LA PLAZA: Ponce pletórico, Juli desbordante, Talavante intermitente (Curro también), Ferrera transmutado y deslumbrante; Ureña crecido; Bautista consolidado; Perera rescatado…

En lo artístico, insisto, ha sido una buena temporada. En los temas de estructura y futuro, en planeamiento, en los enganches con la Administración y/o en la cuota de sintonía social, seguimos donde estábamos o peor, con mucha tarea pendiente y tan ninguneados como siempre, sin capacidad de reacción para poner en valor los valores de una fiesta y quitarnos de encima esa imagen oscurantista y anacrónica que nos han adjudicado -interesadamente- como dice Rubén Amón en un excelente artículo en El País. Y en ese territorio hemos cerrado la temporada, insisto, con la sensación de que quienes más obligación tienen de meter el hombro, comprometerse, programar, renunciar, no hay avance sin renuncia, siguen anclados en el inmovilismo, que en este caso puede ser egoísmo o miedo, aunque no importa si es por fas o nefas, el caso es que practican el tancredismo más inoperante y así nos va, que año tras año seguimos donde estábamos pero más jodidos, más acostumbrados a la ruina y a la roña y cuando la aceptemos habremos palmado. Lo sorprendente es que esta coyuntura se da en un momento en que se tiene por fin la herramienta, a la Fundación me refiero, para defendernos y avanzar. Que no la respalden todos les retrata y me empuja ineludiblemente hacia el escepticismo taurino. No lo entiendo o quizá sí. En definitiva, es una jodienda.

EN LA CALLE: seguimos donde estábamos pero más jodidos, más acostumbrados a la ruina y a la roña, instalados en el tancredismo más inoperante y así nos va

El contrapunto, habría que decir espejo en el que mirarse, son els bous al carrer y sus dirigentes. Se organizaron, encontraron la complicidad con la Administración, exigieron, cedieron, renunciaron a dogmas, se adaptaron a los tiempos y cuando más aprietan los prohibicionistas resulta que los números de festejos y asistentes van en aumento. También actuaron sobre la calidad, incluso han logrado restañar la herida por la que eran vulnerables, la seguridad. En este mismo Aplausos, páginas más adelante, mi compañero José Ignacio Galcerá da datos incontestables: más de 9.500 espectáculos y no ha acabado el año, 600 más que el año anterior ya, 50% menos de heridos y el volumen de la protesta anti cada vez más bajo. Es una lección que no debe caer en saco roto aunque no hay peor sordo ni peor ciego que el que no quiere ni ver ni oír.

La mesura dialéctica de la gente del D.F. no ha logrado disimular el tufillo a martingala empresarial de esa negativa/desconsideración al ofrecimiento de Ponce de torear mano a mano con Adame por los damnificados

Por eso apetece refugiarse en lo artístico y mientras ruede el carro, disfrutarlo. Los focos se van ya hacia las Américas. Lima es la referencia primera. Con sus dos toreros, digo dos porque no hay que perder de vista a ese Galdós, menos explosivo que Roca pero con el toreo de gusto metido en el alma, y renovados estímulos en su abono como la reaparición de Manzanares y la alternativa de Colombo. Luego está México, al que la mesura dialéctica de los responsables de la Monumental no ha logrado disimular el tufillo a martingala empresarial de esa negativa/desconsideración al ofrecimiento de Ponce de torear mano a mano con Adame a favor de los damnificados. Le negaron el cartel que propuso, la fecha propuesta, le pusieron las piedras para que quedase fuera de la corrida de ocho toros y hasta se adueñaron de la idea del mano a mano con Adame, en realidad nada que le hiciese renunciar a su idea solidaria, así que toreará si no en mano a mano en terna y donará sus honorarios, los de una corrida de toros. Así que aquí paz, allá gloria y cada cual en su quel que diría un buen gitano.

Els bous al carrer y sus dirigentes como ejemplo. Se organizaron, encontraron la complicidad con la Administración, exigieron, cedieron y cuando más aprietan los prohibicionistas más festejos, más asistentes, más calidad…

Y en España a la espera de las canales, las reales y las figuradas, se anda a la espera de nuevos acuerdos de apoderamiento. Serán muchos a cuenta de las rupturas que han llegado en oleadas. Es fruta del tiempo aunque no sé si cosecha tan abundante y repentina. De la casa Simón Casas salió Bautista que ya tiene casa nueva y de las palabras de SC se sobreentiende que saldrán Mora, Jiménez y hasta Rafaelillo. Es evidente que eran muchos bajo un mismo techo y que no todos se sentían queridos, era imposible.

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