La revolera

Después de Juan Pedro, esperanza

Paco Mora
sábado 14 de mayo de 2011

El debut de Juan Pedro Domecq hijo al frente de la ganadería familiar no pudo ser mas prometedor, respecto al esfuerzo de su recién fallecido padre para recuperar la casta de su ganado, sin que dejara por ello de conservar su nobleza y lo que él llamaba “toreabilidad”.

Bien presentado, con el necesario volumen y los respetables pitones imprescindibles en Las Ventas, lo de Juan Pedro sirvió para que un torero como Uceda Leal, que sabe hacer el toreo de calidad, se alzara con un triunfo que le valió para sustituir en la corrida de hoy a Leandro, cogido ayer en Valladolid. Ese sector de público tan crítico siempre con el concepto de toro “artista” del ganadero jerezano, deberá reconocer que si no la perfección, Juan  Pedro estaba en el camino de ofrecer el toro serio, encastado y repetidor que necesita el toreo actual. Tres de los bureles lidiados embistieron por abajo y se desplazaron con codicia y continuidad y dos más rozaron también ese grado de calidad. En fin, que desde allá arriba, Juan Pedro puede descansar con la tranquilidad de haber dejado a su hijo la ganadería en el buen camino.

Uceda Leal pudo, gracias al mejor de los “juampedros”, expresarse en Las Ventas como andaba buscando hace tiempo. Y si hoy logra redondear su tarde, el día de ayer pudo ser para el torero madrileño el comienzo de un época dulce, en concordancia con un público que hace años que lo espera confiando en su categoría torera. Morenito de Aranda le dio pellizcos al arte, sobre todo con la capa, y el francés Bautista no tuvo su tarde. Esto parece que comienza a enderezarse. Como lo de Paco Medina embista hoy como los que han visto sus vacas embestir en el campo dicen que puede hacerlo, el “ex” de El Ventorrillo estará en camino de convertirse en un reconocido alquimista de la cría del ganado bravo.

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