El Club Cocherito de Bilbao ha querido poner en valor la figura de Manuel Jesús “El Cid” con el objetivo de realzar su trayectoria y cuando su cumple quince años de su encerrona con los toros de Victorino Marín en el coso de Vista Alegre. Los actos comenzaron en el día de ayer, 14 de enero, con un emotivo coloquio en el que participaron el propio diestro de Salteras y el prestigioso abogado Joaquín Moeckel, ambos conducidos por el periodista Íñigo Crespo.
El torero aseguraba que le “emociona que los aficionados me recuerden aquella tarde porque fue un antes y un después en mi carrera, fue una consagración que puso la guinda a otras muchas cosas. Bilbao y El Cid quedaron unidos para siempre y me siento muy orgulloso de ello”. Al tiempo que calificaba al toro de la A coronada de la siguiente manera: ” No es fácil entenderse con un Victorino porque es muy especial. En mi caso tuve esa facilidad, esa manera tan personal de templarlos y de saber aguantar sus intenciones. En mi opinión el valor, el temple y tener la mente despierta son las claves para cuajarlo“.
Por su parte, Moeckel aseguraba que “la pureza y la mano izquierda han sido patrimonio de El Cid“, para proseguir rindiéndose a su figura. “He sido, soy y seré partidario suyo porque esa profundidad, esa manera de torear tan despacio y ese sentido de la lidia lo han tenido muy pocos en la historia del toreo“.
Durante la charla, que se prolongo hasta casi las dos dos horas, se produjeron momentos de gran interés. “Si he sido o no figura del toreo es algo que cada cual tendrá su opinión, lo único que digo siempre es que ahí esta mi carrera y todo lo que he conseguido durante tantos años, sin que nadie me regalara nunca nada y saliendo de la nada“, sentenciaba el matador matador de toros.
También se recordaron tardes memorables, se contaron anécdotas y se habló del presente y futuro de la tauromaquia para el deleite de todos los congregados. El homenaje finalizará a lo largo del día de hoy con una Misa en la que se bailará un aurresku de honor al diestro sevillano para después proceder a una comida donde se hará entrega al torero de un busto de Cocherito de Bilbao.
