Con lleno total en los tendidos se celebró el quinto festejo del abono de San Isidro. Se lidiaron dos toros de Sayalero y Bandrés (primero y segundo), tres toros de Torrestrella (tercero, cuarto y sexto) y uno de Antonio Ordóñez (quinto), siendo ovacionados el primero de Sayalero y el quinto de Ordóñez. José María Manzanares (pitos y fuerte ovación), Paco Ojeda (oreja y oreja) y Curro Durán, que confirmaba la alternativa, (ovación y palmas).
Fue una tarde en la que Manzanares anduvo desconfiado en su primero y sin opciones en su segundo. Curro Durán estuvo por encima de sus dos toros, destacando algunas series en su primero. Pero sin duda, la tarde fue de Ojeda.
Como escribió nuestro compañero José Luis Suárez-Guanes para Aplausos: “Ojeda me levantó el miércoles del asiento. Es un torero distinto. Va a barrer a todos. Va a devolver la pasión a la fiesta. Cierto que su primer enemigo era un inválido que se cayó muchas veces, pero el de Sanlúcar tuvo el mérito de dosificarlo, de mantenerlo en pie, de cuidarlo y de terminar realizando una faena perfecta. El público, que estaba en contra, cambió de opinión en dos muletazos y la plaza rugió, como pocas veces, tras un monumental pase de pecho. No voy a contar lo que hizo. Lo más importante es que se queda quieto, se atornilla a la arena y sabe torear. Después de un buen pinchazo, se entregó en la estocada y Las Ventas se dio cuenta que estaba ante un torero que, si sigue así, va a marcar una época”.
“Al quinto había que sacarle los pases con “sacacorchos”. Ojeda puso aplomo, empaque, entereza. Dio muletazos perfectos, pero de uno en uno. No encontró la ligazón y tampoco tenía medios para ello. Pero siguió poniendo en pie a la gente y cuando pegó el espadazo final, yendo a por todas, la plaza se volvió a cubrir de pañuelos y se oyeron los gritos de torero, torero”.
Paco Ojeda volvería en este ciclo el 30 de mayo, acartelado con Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz, estoqueando un toro de Hernández Plá y cortó las dos orejas a un astado de La Quinta volviendo a salir por la puerta grande. Un percance en Toledo al día siguiente le impidió cumplir su tercer compromiso en el abono.
Al público de Madrid ya le había impactado el sanluqueño el año anterior, cuando el día de la confirmación de su alternativa realizó una gran faena a un difícil toro de Cortijoliva. Luego llegó su salida por la Puerta del Príncipe el 12 de octubre de esa campaña que le encumbró. Así pues, este 1983 fue su año, con una nueva salida por la Puerta del Príncipe en Sevilla y estas dos en Las Ventas, que lo llevaron a la cima del toreo.
