CORRIDAS GENERALES

El mejor Talavante revive en Bilbao

Jorge Casals
miércoles 23 de agosto de 2023
Tres orejas y puerta grande para el extremeño que rinde a la afición vasca con su inspiración, creatividad y un temple prodigioso, salvando así una tarde en la que falló el toro

Talavante se reencontró en Bilbao. Su mejor versión, esa que venía apuntando ya esta temporada, por fin explotó en una feria grande. Su toreo de inspiración, creatividad y sentimiento fluyó con la naturalidad que le ha llevado siempre a lo más alto, con esa seguridad de quien se encuentra disfrutando de nuevo de la profesión. Le valieron dos toros medios para rendir a Bilbao y salvar una tarde que iba de capa caída ante la falta de casta y poder de los juampedros.

Desorejó al sexto tras una faena medida y completa de principio a fin. Entre vistosas serpentinas y airosos faroles, en la retina queda la cadenciosa manera en la que toreó a la verónica, meciendo el capote con sosiego y dulzura, a este último. Un tío el de Juan Pedro. Bien hecho, rematado y serio por delante, tocado arriba. Fue a la postre el mejor de la deslucida corrida de Juan Pedro, que dio un frenazo a una temporada que iba disparada en éxitos. Tuvo calidad el animal aunque la fuerza justa. En banderillas saludaron Fini y Manuel Izquierdo.

Explosivo el inicio de faena marca de la casa, toreando con ambas rodillas en tierra con una naturalidad pasmosa. Luego llegó toda una exhibición de temple y torería. Su muleta era un imán, rezumando armonía y cadencia. Hubo máxima reunión en el embroque. Fluyó la inspiración, la creatividad y el gusto ante un juampedro que embistió con mucha calidad. La estocada fue sensacional, a cámara lenta, recreándose en la suerte y tumbando al toro sin puntilla. De lo mejor de la tarde. No se lo pensó Matías, que sacó los dos pañuelos del tirón.

Una oreja le cortó a su primero. El delicado trato, su temple sutil, su expresión en todo cuanto hizo y cómo no, su creatividad torera, taparon la endeble condición del tercer juampedro. Quiso más que pudo el toro, humilló pero embistió andandito, casi al paso. Empalagoso a veces. Improvisó Talavante un inicio de faena de muleta y ahí se ganó al público. Con los cuartos traseros tiró al torero, que se quedó ya en el suelo para torear rodilla en tierra. Y luego llegó toda una exhibición de temple, despaciosidad y suavidad en una faena justa y medida,  que encontró la rúbrica de la espada y el merecido premio de la oreja.

MANZANARES, SIN TOROS

Manzanares puso la expresión que le faltó a su pobre lote pero ni así logró levantar el vuelo de su tarde. Su primero tuvo la fuerza justa para mantenerse en pie. Con media embestida, el alicantino cuidó con alfileres la descafeinada embestida del noble y soso juampedro, en una labor carente de emoción y por encima del animal. No estuvo muy certero a espadas.

Manzanares supo cómo provocar la embestida del desfondado quinto, llegándole mucho y ayudándole con la voz y los toques fijadores. Pero fue insuficiente para embastar una labor de escaso contenido ante un animal deslucido que nunca se entregó. Se aburrieron mutuamente toro y torero.

MORANTE Y EL ENFADO

Tarde aciaga de Morante. Para olvidar. Era su reaparición tras una reciente recaída de su lesión y aunque no acusó dolencia física alguna, sí se le vio mermado de ánimos. Así son los artistas.

El primero le duró un suspiro a Morante. Vacío de todo desde que salió. Parado y descastado, embistió mortecino. El público se mantuvo optimista, más que el torero, pues en banderillas el toro pareció galopar más alegre e incluso tomó el capote de Trujillo con cierta nobleza. Un espejismo. Salió ya poco dispuesto el de La Puebla y tras unos muletazos de tanteo se lo quitó de en medio de una media estocada. Fuerte bronca.

El cuarto se le vino cruzado a Morante en el primer capotazo y casi lo arrolla. Al revolverse se fue a por el torero de nuevo, que había puesto pie en el estribo y al saltar la barrera, fue trompicado por el toro, que le alcanzó con la pala del pitón en el pie, perdiendo el equilibro y cayendo al callejón con todo el cuerpo. Volvió al ruedo como si nada. El toro seguía venciéndose por el pitón izquierdo. Pocas cualidades tenía el juampedro, deslucido y sin clase alguna, topaba más que embestía. Pero esta vez sí quiso Morante. En el intento por sacar partido, mientras andaba buscándole las vueltas pacientemente al animal, haciendo un esfuerzo, un impertinente e irrespetuoso grito en el tendido acabó con su paciencia y se fue a por la espada para finiquitar al toro, visiblemente enfadado. Cabreado. De nuevo se llevó una bronca, y una aislada ovación. División de opiniones. Salió de la plaza abroncado.

Bilbao. Miércoles, 23 de agosto de 2023. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados pero faltos de fuerza y casta en general; destacó el 6º por su clase. Morante de la Puebla, pitos y división de opiniones; José María Manzanares, silencio en ambos; y Alejandro Talavante, oreja y dos orejas. Entrada: Media plaza.

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