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El Pilar, más de veinte años en la élite

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El campo charro ha quedado convertido en una postal, con las charcas llenas y los prados frondosos de hierba que trae una primavera soñada que reluce en todo su esplendor. Ya dicen las gentes del campo que “abril y mayo hacen el año”. Por los diferentes prados están distribuidas las doce corridas de toros que El Pilar tiene preparadas para este año. Sobre ellas revolotea la incertidumbre de la temporada. Cuatro de ellas deberían haberse lidiado ya, pero el coronavirus se ha interpuesto en el camino.

Los toros son verdaderas láminas de belleza entre las encinas de esta preciosa finca situada donde las llanuras ya dan paso a las primeras estribaciones serranas; en el lugar que Moisés Fraile cumplió su sueño de criar toros bravos y ha sabido mantenerse en los más alto durante tantos años, después de proporcionar sus toros tardes para el recuerdo, todo ello reflejado en infinidad de reconocimientos y trofeos que se exhiben en las vitrinas de la casa solariega, verdadero museo taurino que honra el nombre de El Pilar, esencia ganadera y sello de identidad del campo charro.

Allí, Moisés Fraile, siempre al lado de su familia y con su hijo del mismo nombre formando un perfecto engranaje, está al tanto de todo lo que ocurre, tanto en la finca matriz como en las otras –hace pocos años adquirió San Miguelito, una dehesa que raya con El Puerto, por lo que facilita todo para el mejor manejo ganadero, además de permitirle tener una gran extensión-, todo ello en una magnífica explotación con el monte bien olivado y el bello espectáculo de una postinera ganadería de lidia, en la que Moisés no solamente supo llegar, sino que ha hecho el milagro de mantenerse más de dos décadas en lo alto y el pasado 2019 estar a la altura de su legado.

¿Cómo ve el futuro más inmediato Moisés Fraile? “No sé todavía lo que vamos a hacer”, explica Moisés hijo. “Los toros habrá que matarlos, pero de momento están todos en la finca, todavía no voy a tomar una decisión hasta dentro de un mes, que se estabilice un poco más esta situación. Si para entonces los llevo al matadero, antes los torearé en casa”, aclara el joven ganadero. Al preguntarle por su padre, añade: “Lleva dos meses sin salir de casa y lo está pasando mal, porque él siempre ha sido un hombre de campo, de levantarse temprano y no llegar hasta la noche… y esta situación es complicada para él pero necesaria, su salud es lo importante. Ahora ha empezado a salir un poco por aquí por el campo, pero siempre con precaución”, concluye.