¿En qué manos estamos?

Sabes lo que te digo, amigo? Pues que después de escuchar el desfile de tan poco brillantes, y nada documentados políticos, de todos los pelajes, destripar la Fiesta, me pregunté rápido: “Dios mío, ¿en qué manos estamos?”. Claro: Así va el país. Porque no se puede debatir con menos altura y menos argumentos reales. Todo fue de bajo nivel. Los que estaban a favor y los que estaban ahí para joder la Fiesta. Es verdad que destacó Toni Cantó, que puso a caldo a los partidos grandes (que es el papel de un partido pequeño), erró también en el asunto mal tratado de las subvenciones, pero fue sin duda el más brillante. Pero ¡ay Dios mío! cuando hemos, y han querido hacerle entrevistas después de su actuación, sus encargados de prensa han dicho tajantemente: “No va a hablar más de toros”. Y añadieron: “Lo que dijo está ahí y no hay más”. O sea que era política, pura o impura política, que allí le quedó de perlas; pero una vez acabado el mitin no levanta ya bandera alguna por la Fiesta.

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