Escribano, oreja con la miurada que abrocha la feria en Bilbao

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Fotos: ARJONA

Lidió con buen oficio de salida López-Chaves. Lució al de Miura en varas, que se arrancó de largo con alegría en el segundo encuentro y fue picado arriba por Javier González. Se salió al tercio con suaves muletazos el salmantino, que imprimió temple a derechas. Hubo seguridad y tranquilidad en cada serie. Al natural toreó con los vuelos al noble toro, que resultó agradecido al buen trato. Una última serie más rota y de mano más baja -de nuevo sobre la diestra- precedió a media estocada que el toro pareció no acusar a pesar de haber caído en buen sitio. Hubo de emplear el descabello, acertando al primer golpe. Labor impecable la de López-Chaves, premiada con una fuerte ovación. El buen miureño también fue aplaudido en el arrastre.

López-Chaves mostró de nuevo su buen oficio con el deslucido cuarto. No pudo haber muletazos bellos por la descompuesta condición del miureño, pero sus conocimientos lidiadores quedaron puestos de nuevo de manifiesto. Con el acero pinchó en dos ocasiones y enterró a continuación el acero. El público le presentó sus respetos de nuevo en forma de ovación.

Con suavidad de salida paró Octavio Chacón al segundo, bien picado por Agustín Collado. Hizo una buena pelea el animal en varas, arrancándose con alegría al caballo. El toro se dejó más por el lado derecho, por donde basó su labor el gaditano, que no logró calentar los tendidos con muletazos de uno en uno. El de Miura, que al natural sacó más dificultades, no quiso que se le obligase. Labor digna de Chacón, que le metió el acero con habilidad y fue silenciado.

Los viajes del sardo que hizo quinto fueron acortándose conforme fue avanzando el trasteo de Octavio Chacón, que le buscó las vueltas con buen oficio por las dos manos. Con la izquierda, incluso, varios naturales tuvieron temple y suavidad. El gaditano se impuso y dio fiesta al de Miura, al que además mató por arriba. El puntillero levantó al astado y hubo petición de oreja pero el presidente la consideró minoritaria.

Escribano recibió al tercero a portagayola. El de Miura se arrancó de largo al caballo en el segundo encuentro, si bien lo hizo con menos espectacularidad que sus dos primeros hermanos. Escribano cogió los palos, banderilleando con suficiencia antes de brindar su trasteo al público. Al miureño le faltó raza. Se quedó debajo de los vuelos de la muleta desde las primeras series, lanzando además derrotes secos por los dos lados. Labor solvente del de Gerena, en la que el lucimiento fue imposible. Mató de estocada corta y se ovacionó su quehacer.

Escribano se fue de nuevo a la puerta de chiqueros para recibir al sexto. Libró la larga cambiada de rodillas y el toro se quedó debajo de los vuelos de su capote. Su excelente forma física le libró del posible percance. Recuperada la vertical, destacó con buenos lances a la verónica -muy templados- coronados con una sabrosa media. La fiesta capotera siguió en el quite: por chicuelinas y vistosa serpentina de remate. Con los palos en la mano ganó con facultades la cara del miura en los dos primeros pares y clavó por dentro el tercero, levantando una fuerte ovación. Brindó al público y arrancó el trasteo con dos cambiados por la espalda. Con la mano derecha las dos primeras series fueron vibrantes. Al natural, en cambio, el toro comenzó a perder la inercia propia de las distancias largas con las que Escribano toreó en los primeros compases de la faena. Aun así el sevillano, siempre dispuesto, corrió bien la mano y aprovechó la manejable condición del miureño. Se entregó en la estocada y fue premiado con una oreja que hizo justicia a su actitud durante toda la tarde.

Bilbao, domingo 25 de agosto de 2019. Toros de Miura. Muy bien presentados y de noble juego en conjunto. Destacaron especialmente 1º y 6º. López-Chaves, ovación con saludos en ambos; Octavio Chacón, silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras petición; Manuel Escribano, ovación con saludos y oreja. Entrada: Un tercio.

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