El Quiebro

¡Estamos vivos!

Ramón Bellver 'El Blanco'
viernes 23 de diciembre de 2011

Hay crisis, un más que probable cambio de gobierno, ataques sin fundamento de los “antis”, insomnio, dolor de cabeza, malestar general…

Hay crisis, un más que probable cambio de gobierno, ataques sin fundamento de los “antis”, insomnio, dolor de cabeza, malestar general…y a pesar de todo la fiesta de la plebe vive y goza de buena salud. No todo es pesimismo.

Si no fuera por cuatro cernícalos que siempre hay en cada pueblo, la fiesta de los toros en la calle gozaría de mayor respeto. Aunque también los hay en el fútbol, y parece que eso si sea cultura. Cuestión de prioridades televisivas, o monetarias. Aún no he visto ninguna pintura rupestre con un balón. Que conste que soy futbolero, pero salvo las distancias de un espectáculo con tanto arraigo a uno deportivo.

En la Comunidad Valenciana pasamos de los 5000 festejos de bous al carrer, somos un nido de jóvenes aficionados a la fiesta nacional, hemos salvado a grandes ganaderías de la quiebra, contribuimos a un aumento considerable de la economía de los negocios locales los días de toro, sobretodo en la hostelería. Vamos, que quieran o no se nos ve, se nos oye y se nos siente.

Luego viene una minoría y me quiere prohibir mi forma de vida, y ataca a los correbous de mis vecinos catalanes con argumentos que dan risa, y me tocan las pelotas (no las del fútbol) de tal manera que me hierve la sangre. Pero tras una acción, hay una reacción, y los pueblos empiezan a declarar sus fiestas taurinas Patrimonio Cultural Inmaterial, con Puzol a la cabeza. Me encanta. Y es que ya lo dice su lema, Puçol, Cultura de Bou. Y nuestra tan necesaria Federación de Peñas Taurinas renueva su sabia, con gente competente, joven, con ganas de trabajar y con mucha afición. Buenos fichajes. Me encanta.

Al final va a ser que lo de Barcelona el único efecto que tendrá es que estemos más alerta y por tanto más preparados, aunque hayamos pagado un precio bastante alto. Esta Fiesta, está demostrado que es grande, pero no se sostiene sola, hay que sostenerla con firmeza, a pesar de los cernícalos de dentro y los de fuera de ella, y haber si así dentro de muchísimos años la fiesta de los toros en las calles sigue viva, como ahora.

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