SEVILLA.- Hablan los protagonistas

Ferrera: “El animal vendía caro que pudieras llegar a su fondo”

Ureña: "Poco a poco fui encontrando lo que buscaba" / Escribano: "He toreado por abajo como a mí me gusta"
Redacción APLAUSOS
sábado 29 de abril de 2017

“Es difícil expresarse en estos momentos, cuando la intensidad de tu alma y de tu corazón está tan a flor de piel después de tener que exponerla tan abierta y sin papel de regalo con un animal que vendía caro que pudieras llegar a su fondo. Ha tenido mucha emoción, ha sido importante por eso, porque había que llegarle hasta su fondo y entregarse. La afición ha estado muy metida en la faena y eso se ha palpado mucho y ha tenido paciencia para dejarme llegar a su fondo, que no ha sido fácil”. Así valoraba Antonio Ferrera su faena al cuarto de la tarde. El extremeño, en los micrófonos del canal Toros, declaraba anteriormente, a la muerte de su primero: “Al menos estuve por encima de él. Traté de ponerle la entrega que le faltaba. Ojalá hubiera durado más, porque al principio marcó cosas buenas, pero qué pena que se parara tan pronto. Quise dejarlo crudo en el caballo, porque había marcado esas cosas buenas y tenía buen aire, pero esto es así”.

El otro torero que paseó un trofeo en el festejo, Paco Ureña, valoraba así su labor al tercero: “Es muy especial y difícil que un toro tenga una embestida tan humillada de principio a fin. Aunque al principio no la tuvo, poco a poco fui encontrando lo que buscaba y he podido gustarme por momentos. Al final lo maté bien”. El murciano añadía: “He estado a gusto. El toro tuvo la virtud de humillar y al final dio lo que tenía y he podido hacer cosas bonitas. Es cierto que al principio se quedaba corto, pero este encaste es así. Al final tuvo cosas muy buenas”.

Escribano, por su parte, expresó su lamento tras perder con el descabello el posible premio del quinto: “Tengo un coraje increíble… Ha sido una pena que la espada no entrara en su sitio y una lástima que tardara en morir… Pero lo he toreado por abajo como a mí me gusta. Molestaba un poco el viento pero he podido pegarle muletazos pudiéndole por abajo en esos segundos en los que ha embestido tan abajo y tan despacio. Ahí he vuelto a sentirme torero y a hacer las cosas que yo siento. El toro embestía tan despacio, que parecía que se quedara parado. Es muy difícil torear tan por abajo, hay que tener mucho temple para eso”.

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