Te pones a examinar el dossier de la presentación del programa taurino de la Feria de Fallas y te das cuenta de que no todo lo importante se centra en los carteles de espadas consagrados o de afamados rejoneadores. Hasta llegar ahí hay toda una programación tan interesante como necesaria, en realidad imprescindible, por cuanto está pensada para que surjan tanto nuevos fenómenos en el arte de la lidia, como para que siga aumentando la cantera de aficionados. Para lo primero, ahí está la actuación de los alumnos de las escuelas de Valencia, Arles, Albacete, Castellón, la de Yiyo de Madrid y la de Nimes, en realidad las más acreditadas. También se convoca a tres novilladas con picadores, dos en el ciclo de San José y una más para la celebración de la festividad de la Virgen de los Desamparados, en la que comparecen los valores más reconocidos del momento. A la vez que los festejos populares tienen reservado espacio relevante en la feria a la búsqueda de la fórmula que cosa dos aficiones que no siempre han ido de la mano sin tener en cuenta que la unión hace la fuerza que tanto se necesita.
De ese capítulo promocional (también ejemplar) es de lo que más orgullosa puede sentirse la afición de Valencia. Ciclos de similar o parecido metraje, en cosos de destacado prestigio y lugar relevante en el calendario de la temporada, descuidan la promoción tan necesaria para que el futuro sea cada vez más potente.
El hito tiene responsables, nombres y apellidos sin los cuales nada de eso hubiese sido posible. Los distintos partidos políticos que han estado al frente de la diputación además de respetar todo lo relacionado con los toros, han hecho todo lo posible por potenciar su divulgación. El gobierno actual bajo el signo del PP no ha dado un paso atrás, al contrario, y según viene manifestando (y demostrando) su actual presidente, Vicent Mompó, ha aumentado las ayudas sin descuidar los festejos populares del bou al carrer y los espectáculos de recortes.
Ese mismo espíritu de apoyo a las nuevas vocaciones se pone de manifiesto en la apertura de la feria, sábado 9 de marzo, con la participación de hasta dos novilleros valencianos, Samuel Navalón, de Ayora, y Alberto Donaire, de Valencia, y otro, Alejandro Peñaranda, de la siempre cercana Iniesta, que como se sabe fue cuna del malogrado y muy recordado Chicuelo II, que tanto predicamento tuvo entre la afición valenciana. Lidiarán astados de Chamaco. El futuro importa.
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Festejos menores y populares, tan necesarios
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