Desde hace largo tiempo, y especialmente la temporada pasada y lo que llevamos de esta, cuando se anuncia una corrida de Fuente Ymbro, salvo contadísimas ocasiones el éxito está asegurado…
Desde hace largo tiempo, y especialmente la temporada pasada y lo que llevamos de esta, cuando se anuncia una corrida de Fuente Ymbro, salvo contadísimas ocasiones el éxito está asegurado porque habitualmente echa cuatro, cinco y hasta los seis toros embistiendo con calidad que, como hoy se dice, sirven para cortarles las orejas pero haciendo el toreo bueno de verdad y eso en corridas de toros, novilladas e incluso en rejones.
Los toros de Fuente Ymbro, generalmente, son bravos y encastados, con gran fondo por tanto exigentes, pues todos sabemos que el toro bravo exige que enfrente se ponga un buen torero (siempre se ha dicho que los toros bravos descubren a los malos toreros), pero por eso precisamente proporcionan éxitos grandes (recuérdese el de Castella con el toro “Molinero”, el 12 de Junio pasado en Nimes). Por otra parte, también desde hace mucho tiempo no veo un fuenteymbro de esos que quieren coger, con muy malas ideas. Sabemos que todas las ganaderías echan toros buenos y malos, pero hay algunas en que esos malos lo son por sus malísimas ideas y es lógico que los toreros quieran evitarlos.
Por todo ello, es incomprensible que con alguna excepción no sean lidiadas por las figuras, que sin duda son muy buenos toreros y podrían sobradamente con ellos. Hace unos días el propietario, Ricardo Gallardo, hacía unas declaraciones afirmando que El Juli y Perera las habían dejado de pedir, lo que entiendo puede tener repercusión en la conducta de otras figuras. Ambos son toreros grandiosos que han triunfado fuerte con esta ganadería y sin embargo ahora la evitan cuando, como antes dije, tampoco le salen toros queriéndose comer a nadie. De hecho en la misma entrevista Ricardo Gallardo decía que su ganadería está en el punto medio entre las corridas toristas (duras) y las toreristas (comerciales). Para mí, repito, los fuenteymbro son toros bravos y encastados que dan espectáculo, que emocionan.
Esta situación me recuerda a los años 1960 y 1970 cuando los “santacolomas” no eran considerados de los comerciales y Paco Camino, que era figura indiscutible mataba casi toda la camada, precisamente porque era muy buen torero.
Como aficionado prefiero mil veces un toro bravo y encastado que esos bajitos de casta y raza que permiten al torero estar
cómodo (aunque claro también tienen su peligro), pero que no transmiten nada, o casi nada. El torero estará más cómodo con ellos pero su éxito también será menor.
Cada uno debe saber lo que hace, por que lo hace y sus consecuencias, pero en este caso a mí me parece una actitud ilógica (con el máximo respecto hacia todos los toreros) de las figuras, no apuntarse a las de Fuente Ymbro, no digo a todas, pero por lo menos de vez en cuando.
