Pamplona. Feria del Toro
Castella, al natural. (Foto: Berho)Castella, al natural. (Foto: Berho)

Grande Castella; importante Perera

Redacción APLAUSOS
lunes 19 de julio de 2010

Sebastián Castella ha cortado dos orejas y ha salido a hombros en el festejo celebrado esta tarde en Pamplona, un espectáculo en el que El Juli ha pasado sin suerte y Miguel Ángel Perera ha dejado gratas sensaciones frente a una corrida de Jandilla de poco juego en líneas generales.

OTROS FESTEJOS

Lunes 5. Novilleros prometedores y espadas poco afiladas

Martes 6. Bohórquez, Hermoso y Galán, éxito rotundo

Miércoles 7. Un solo toro, una sola ovación

Jueves 8. Falló la de Cebada en tarde muy accidentada

Viernes 9. Oreja para Ferrera y Pinar con buena corrida de Fuente Ymbro

Sábado 10. Puerta grande para Joselillo con la de Dolores Aguirre

Domingo 11. Padilla, un héroe sin las peñas del sol

Lunes 12. El Juli, herido, dos orejas y lección de toreo y de hombría

Martes 13. Puerta grande para El Fandi y oreja para El Cid

El francés se llevó el gato al agua en el segundo. El jandilla, bien puesto de pitones y de pelo salpicado, fue el mejor de los lidiados y con él Castella protagonizó una labor que contó con pasajes importantes pero que fue premiada, posiblemente de forma excesiva, con el doble trofeo. Comenzó por alto la faena de muleta, llevando la embestida del animal, que se arrancó con alegría en la primera serie con la mano derecha, en la que se templaron toro y torero, que prosiguió su labor con series sobre ambos pitones en las que exprimió la noble acometida del pupilo de Borja Domecq. Mató de estocada sin puntilla, para sorpresa de muchos con el toro humillado y abierto de manos, y fue premiado con las dos orejas. En el quinto se jugó la vida en una demostración de ambición y amor propio. El toro, más amplio de cuna y de peores hechuras, cantó su peligro con el capote, venciéndose un par de veces por el pitón derecho. Luego, en la muleta, sacó una embestida tan áspera como desigual. Genio del malo que ocasionó una fea voltereta a un Castella empecinado en ganarle la batalla al toro. Sincero esfuerzo del de Beziers, que mató de estocada desprendida y trasera y saludó una gran ovación. Quien también causó una gran sensación fue Miguel Ángel Perera. El extremeño pasó con determinación y buena actitud por Pamplona demostrando tener más que superado y olvidado su reciente percance de Burgos. El tercero, un toro de terciada anatomía pero astifinas y bien colocadas defensas, derribó al picador y terminó entregado a la muleta del diestro, que convirtió en nobleza el genio de sus primeras acometidas. Faena de torero capaz, seguro y valiente, que tapó en todo momento los defectos del toro. Remató de un estoconazo sin puntilla. La principal virtud de la faena al sexto fue la templanza. El toro, noble, permitió gustarse al torero por momentos que, en el epílogo, se metió entre los pitones para arrimarse como un jabato. En ambos turnos saludó las ovaciones del público. El Juli, que salió a cumplir con su segundo compromiso en la feria a pesar de ser herido en el primero, tuvo la suerte de espaldas. El que abrió plaza, inflado y redondo como un balón de fútbol, acusó falta de raza y de clase en el último tercio; y el cuarto, en tipo y de gran trapío, anduvo siempre pensándose la embestida con la cara entre las manos. Al primero lo despachó de un efectivo volapié tras intentarlo con la muleta y a su segundo lo macheteó con torería tras comprobar que el lucimiento era imposible y mató de pinchazo y estocada. Pamplona, 14 de julio de 2010. Toros de Jandilla (el 4º con el hierro de Vegahermosa), desiguales de presentación y deslucidos en general salvo el manejable 2º. EL JULI: Silencio en ambos; SEBASTIÁN CASTELLA: Dos orejas y saludos; MIGUEL ÁNGEL PERERA: Saludos en los dos. Entrada: Lleno.

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