La revolera

Guerra de comunicados

Paco Mora
lunes 03 de febrero de 2014

¿No han encontrado El Juli y quienes le secundan otra manera de pararle los pies a Canorea y obligarle a respetarlos, que esa especie de chantaje que significó darles a elegir a los maestrantes entre Canorea y ellos?…

Hay que leer con atención el comunicado de El Juli, justificando su postura con la empresa de La Maestranza. No basta con decir que los toreros siempre se han explicado en los ruedos. Ese es un recurso demasiado fácil. Hoy las redes sociales permiten que ante cualquier conflicto las partes hagan público su posicionamiento de manera reflexiva y razonada, sin que les quede nada en el tintero. El Juli no es un torero cualquiera y hace bien en dar sus razones para el veto a Canorea. Otra cosa es que esa razones convenzan o no. El de Velilla de San Antonio, pese a su juventud, se tiene ganado un respeto con su ya larga ejecutoria. Fue un gran torero niño y es un gran torero hombre. Nada que objetar a su derecho a una justificación desde su punto de vista personal. Sobre todo cuando sus esfuerzos explicativos van dirigidos a la afición que se quedará sin verlo en la próxima Feria de Abril. ¡Faltaría más!

Como primera providencia hay que reconocer que a Canorea le ha fallado el estilo. El cual puede ser consecuencia de su falta de afición a la Fiesta de los Toros y por tanto del escaso valor que le da al hecho de ser torero. Esa falta de mano izquierda no es un valor positivo para un empresario y menos para quien tiene la responsabilidad de dirigir la Plaza de Toros de Sevilla. Es todo un síntoma que el comunicado de El Juli coincida con el de Perera en resaltar el endiosamiento y despotismo en el trato del citado empresario. Y se me antoja que, si vienen otras explicaciones, los restantes toreros que mantienen la misma postura abundarán también en esa circunstancia. No es el caso de Manzanares que ya destacó en el suyo -el primero en salir hablando del tema- que él sólo se sumó al plante por solidaridad con sus compañeros.

Dicho todo lo cual, la pregunta que se impone es la siguiente: ¿No han encontrado El Juli y quienes le secundan otra manera de pararle los pies a Canorea y obligarle a respetarlos, que esa especie de chantaje que significó darles a elegir a los maestrantes entre Canorea y ellos? Con el agravante de que lo han hecho cuando apremia la confección de los carteles de la primera feria de postín de la temporada. A uno le parece en su supina ignorancia que las negociaciones entre las empresas y los toreros deben ser secretas en todos sus puntos, y el momento de hacer publico, para conocimiento de la afición y los abonados, los porqués de por qué un torero se queda fuera del abono es cuando se llega a un punto insalvable.

Pero comenzar poniendo el órdago sobre la mesa, no parece muy acertado. Como tampoco lo es el comportamiento empresarial de Canorea, si lo que dicen El Juli y Perera es cierto. Y no hay motivos para no creerlo. Pero, sinceramente, no es bueno que ni La Maestranza en su Feria de Abril ni el natural desarrollo de la Fiesta deban sufrir las malas formas de un empresario ni la pataleta de cinco toreros de élite.

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