Como ya es tradición, cada año por primavera se celebra en la finca castellonense de Les Ermites, en Borriol, el herradero de las reses de Daniel Ramos, un gran anfitrión que hace de esta faena de campo todo un acontecimiento taurino y social.
Daniel Ramos estuvo acompañado en todo momento por su familia, su esposa Yolanda Villalonga, y sus hijos, Hugo y Héctor, dos apasionados de la ganadería. No faltaron a la cita sus fieles compañeros del Círculo Taurino de Borriol, que asumieron labores de compromiso. Todo bajo la supervisión del mayoral José Vicente Sanz. Todos, en mayor o menor medida, participaron en el herradero. Se vio al genial artista Ripollés disfrutando de dos de sus grandes pasiones: la naturaleza y los toros. Dos toreros de la casa como el albacetense Rubén Pinar o el novillero valenciano Nek Romero, que un día antes participaron en un tentadero, colaboraron activamente en una faena que se desarrolló en el mueco con rapidez tras un generoso almuerzo.
Hubo muchas autoridades. De la Policía Autonómica de la Comunitat acudió su comisaria jefa Marisol Conde, acompañada por el inspector Luis Maicas y el subinspector Javier Bueno, además de los retirados Vicente Oliver o Vicente Albir, todos ellos presidentes y delegados gubernativos en algunas plazas de toros de la Comunidad Valenciana.
En total fueron herrados 46 animales con el guarismo 3, divididos entre 25 machos y 21 hembras. Tomó acta de ello el delegado de la plaza de toros de Castellón, el subinspector Javier Bueno, y el veterinario Honorio Carceller.
Una jornada que concluyó compartiendo mesa y mantel en torno a una paella, donde no faltó la música flamenca, otra de las pasiones del ganadero Daniel Ramos, que vivió este día con una euforia desatada.
