-¿Cómo fue a parar al mundo del toro?
-Mi padre apoderaba a toreros y era empresario de algunas plazas. El toro siempre ha estado presente en mi casa. Trabajé como director comercial de Purina y un día, por casualidad, me subí a picar en un tentadero. Ya entonces montaba a caballo pero no me podía imaginar que iba a dedicar mi vida a esto.
-¿Fueron difíciles los inicios?
-Al ser de Madrid, no tenía el campo accesible y la solución que encontré para aprender fue entrar en la cuadra de Salcedo que era la que estaba en Las Ventas. Empecé como monosabio, fui montando a los caballos y poco a poco aprendí el oficio.
-¿Cuándo fue su debut en público?
-En el 99 con el novillero Javier de Esperanza, en Bocairent (Valencia).
“Hay que cuadrarse bien con el toro para que esté con el caballo, intentar ganarle la acción siempre dando el medio pecho”
-¿Cuál ha sido la clave para crecer en estos años?
-Mucha afición. Al toro y al caballo. Nunca me ha importado hacer mil kilómetros por tentar una becerra. El campo siempre ha sido fundamental.
-¿En qué cuadrillas ha ido colocado?
-He ido con muchos toreros pero mi salto a las ferias fue con Óscar Higares, después me coloqué con Uceda Leal, toreé mucho con Iván Fandiño y con David Mora hasta ahora.
-¿Cómo diría usted que se tiene que hacer un buen tercio de varas?
-Hay que cuadrarse bien con el toro para que esté con el caballo, intentar ganarle la acción siempre dando el medio pecho, no abusar del castigo, picar en la cruz. Muchos se preocupan del palo, pero lo primero es defender al caballo, y luego se le coge el aire al palo.
“El caballo es lo que más ha mejorado en estos últimos años”
-¿Qué hay que mejorar del tercio de varas?
-Hay mucho margen de mejora. Pero creo que hay un buen nivel de cuadras de caballos. El caballo es lo que más ha mejorado en estos últimos años. Las cuadras se están preocupando de que los caballos tengan una buena doma.
-Y el toro…
-El toro también es fundamental en la mejora de este tercio. Los ganaderos están buscando el toro con movilidad, el toro con fiereza. Toda la exigencia del campo aparece luego en la plaza. Soy optimista, creo que los ganaderos están haciendo buen trabajo.
“Si nos cerramos a que algo no cambie, nos estancamos y no evolucionamos. Las puyas nuevas que han salido últimamente son un fracaso”
-¿Hay que tocar la puya?
-Si nos cerramos a que algo no cambie nos estancamos y no evolucionamos. Una vez dicho esto, creo que se pica el toro más grande y más bravo de la historia con la puya más pequeña. Todas las medidas reglamentarias han sido para dar facilidades al toro como el peso del caballo, del peto, tamaño de la puya, número de puyazos, entre otras. Las puyas nuevas que han salido últimamente son un fracaso. Si quitamos exigencia al toro, se acomodará cada vez más y no habrá evolución positiva.
Las Ventas le ha reconocido muchas tardes, ¿cuáles recuerda como las más emotivas?
En 2007 me dieron varios premios al picar a un toro de Victoriano del Río a las órdenes de Uceda Leal. También el toro de José Escolar en la encerrona de Iván Fandiño. Fue espectacular…
-¿Su referente a caballo?
-Mi espejo: Juan Mari García. He visto mucho de él, me he fijado mucho. Después compartí muchas tardes y admiré a Luis Antonio Vallejo “El Pimpi”.
-¿Caballo ligero o caballo pesado?
-Igual que pienso que es un error la tablilla del peso en el toro, también lo es en el caballo; quiero un caballo con movilidad y con doma. Hay días que hace falta un caballo con más volumen, en función de la corrida y la plaza.
-Un toro clave en su carrera.
-Uno de Fuente Ymbro en Mont de Marsan en el año 2012. Me exigió muchísimo porque tenía mucho poder. David Mora lo puso de largo y fue una pelea de más de un minuto empujando. Lo recuerdo con emoción. Me marcó aquella pelea.
-¿Lucimiento o eficacia?
-Eficacia. Sin duda. Al hacer las cosas bien también hay reconocimiento pero lo primero es lo primero.
-La cuadrilla ideal que llevaría si mañana tuviera que torear una corrida de toros.
-Diego Ochoa y a Pedro Iturralde. A pie a José Antonio Carretero, Ángel Otero y José María Tejero.
¿Cómo decidió meterse en la aventura de formar una cuadra de picar? “El segundo año que David Mora fue del grupo especial me aburrí mucho porque toreamos como 30 corridas y notaba que me faltaba adrenalina al estar acostumbrado a torear más de 80 festejos. Vivo en el campo y decidí lanzarme pensando que con 4 caballos cubriría varios festejos de la zona. Ya tenemos 14 caballos y hemos ido a 65 festejos”. En cuanto al caballo que busca: “El mismo que me gusta como picador: con movilidad, que dé espectáculo, que esté equilibrada la pelea”.
Fotos: JAVIER ARROYO
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