Una tarde de toros muy animada, con triunfo torero y ganadero, tuvo lugar en el sexto festejo de la Gira de Reconstrucción Ecuador 2021, que culminó con la triunfal salida a hombros de los tres matadores: el español Jesuli de Torrecera y los ecuatorianos Martín Campuzano y Paúl Játiva, que tomó la alternativa. Con ellos salió en volandas el ganadero Luis Fernando García, propietario de los hierros de Campo Bravo y El Pinar.
Con cerca del aforo permitido en tarde soleada y viento intermitente se lidió un encierro de los hierros fraternos de Campo Bravo y El Pinar, de procedencia española de Baltasar Ibán por vía de Santa Rosa, de trapío y sobresaliente juego. Destacaron los lidiados en cuarto y sexto lugar -uno de cada ganadería, que fueron indultados-, y el corrido en quinto lugar, de El Pinar, premiado con la vuelta al ruedo que protagonizó un tercio de varas inolvidable que quedará en los anales de la tauromaquia ecuatoriana, a cargo del picador Braulio Almeida.
El toricantano brindó a Milton Calahorrano, organizador de la Gira y su mentor, el toro de la alternativa y a su hermano Servando el segundo de su lote. José Luis Cobo recibió sentidos brindis de Jesuli y Campuzano, en señal de luto por el reciente fallecimiento de la señora Judith Terán de Cobo, viuda del ganadero Marcelo Cobo y madre de José Luis, matador, ganadero y empresario.
Jesuli de Torrecera llegó de España con deseos de triunfo y esa ilusión se estrelló con un toro hermoso de lámina, que después de un fuerte puyazo de Diego López apenas tuvo duración y donde el torero andaluz logró unos doblones de buen estilo. Tres cuartos de estocada baja.
El cuarto del torero hispano fue un toro de hechuras y ritmo extraordinario, de Campo Bravo. Desde las primeras de cambio cantó su claridad en la embestida y su afán de repetir con nobleza y bravuras superiores. Jesuli se estiró en un buen manojo de verónicas, dos por el lado derecho de gran corte, y una media sentida. Un quite por verónicas de buen tono y tras un buen par de Milton Calahorrano, llegó una faena muy completa, sobre ambas manos, con mejores y más templados pasajes por el pitón derecho, larga y generosa para lucir la gran calidad del toro de nombre Licorero que fue indultado. Dos orejas y rabo simbólicos y vuelta al ruedo entre ovaciones generales.
Martín Campuzano cumplió una labor aseada y de entrega que inició por verónicas y tras un buen puyazo de Israel Tapia se adornó en el quite por navarras celebradas. Luego de doblarse con la muleta alcanzó algunos pasajes muy toreros por el pitón derecho y algunos muletazos de buena factura aunque intermitentes por el lado izquierdo y lucidos ayudados por alto de remate. Estocada desprendida y varios golpes de verduguillo. Vuela al redondel.
El segundo de su lote era un toro con romana y de imponente presencia, Cantinero de El Pinar. Campuzano lo lanceó bien a la verónica con buen aire. El toro y el picador Braulio Almeida fueron protagonistas de un tercio de varas inolvidable, entre el arrebato de los espectadores en una larga pelea al toma y daca que concluyó con el picador saludando con el castoreño en mano tras una ovación de gala. Almeida, picador de dinastía, dijo a Aplausos que en treinta años de profesión nunca había vivido un tercio de varas tan espectacular.
El torero de Quito hizo una labor entonada, dejando venir al toro a media altura al principio hasta que la nobleza y cualidades del toro fueron permitiendo varias series de derechazos, rematados con tres cuartos de estocada y otra entera. Dos orejas, que Campuzano paseó con su cuadrilla acompañado de su picador Braulio Almeida, y vuelta al anillo al toro en el arrastre.
El primero de la tarde fue el toro de la alternativa de Paúl Játiva. La embestida fue incierta con la capa y tras la alternativa, el torero tuvo algunos muletazos con voluntad por el pitón izquierdo con pases que cobraban dimensión ayudándose el nuevo matador con la espada simulada. La faena tuvo también algunos derechazos sueltos y concluyó con una estocada entera, muy tendida y varios golpes de descabello.
El torero de Tabacundo, vio salir un noble y repetidor sexto toro, al que lo lanceó con actitud y remató con media verónica. Tras un buen puyazo de Gabriel Almeida, el torero cumplió una labor de entrega en medio del entusiasmo de la parroquia que no cesaba de aplaudir el episodio final de una tarde que finalizaba con otro indulto, esta vez de Alacrán y con Játiva paseando las dos orejas y el rabo dibujando una sonrisa.
Al finalizar la tarde los tres toreros se fueron a hombros junto con el ganadero Luis Fernando García y con un público que pasó una buena tarde de toros.
