LIMA

José Garrido, dos orejas y puerta grande en La Esperanza

Jaime de Rivero
lunes 15 de noviembre de 2021
Román la cortó una oreja al tercero y Juan Carlos Cubas se fue de vacío

La segunda corrida de toros de la feria de la Esperanza terminó con el triunfo de José Garrido, que tuvo la actuación más redonda al cortar una oreja a cada uno de su lote, destacando por la finura de su capote, sobre todo con el tercero.  El extremeño demostró durante toda la tarde que es un torero cuajado y valiente, serio y artista, pero que sobre todo posee los atributos con que se les puede a los toros. 

Al tercero lo recibió con lances a pies juntos por delantales, plenos de lentitud y suavidad, aprovechando la movilidad y el recorrido del astado que se arrancaba pronto a los cites. Tras dos puyazos, el segundo al relance, el diestro español brilló quitando por chicuelinas rematadas con una media rotunda. El toro llegó al tercio final probón y sin recorrido. Las primeras series fueron de acople por la incertidumbre que causaban las embestidas, tanto por el derecho como por el izquierdo. Garrido le encontró la distancia justa y con el toque fuerte y mandón, logró tirar del toro hasta hacerlo pasar. Con buena técnica y acertada colocación, logró muletazos por derecho que fueron lo mejor que ofrecía el animal. Mató con media estocada, efectiva y suficiente, para hacerlo doblar y pasear una merecida oreja. 

Ante el sexto, negro y silleto, que desde su salida también repitió sin humillar, inició el trasteo de muleta con doblones de castigo para corregir el infructuoso defecto. El toro tenía peligro sordo y muy poca claridad por el pitón derecho. Con la zurda aprovechó que la embestida era más franca para llevarlo embebido en la muleta y ligar naturales en redondo, algunos enroscándose al animal. Con conocimientos y buena lidia exprimió todo lo que el astado ofrecía. Las manoletinas fueron el preámbulo de una estocada caída, pero de efecto inmediato que hizo doblar al astado. Oreja y puerta grande. 

Román supo sacar provecho al segundo, que acudía galopando de largo desde los primeros capotazos. Tras el gran puyazo, que cambió al toro para hacerlo humillar, el quite fue emocionante por chicuelinas ajustadas bien rematadas con la revolera. Con la muleta los cites fueron a distancia para mostrar al animal, pero dejándole el trapo puesto para revertir la tendencia a salirse hacia tablas. El pitón derecho fue el más claro y así logró algunos de mano baja. Remató su obra con poncinas al son de la marinera limeña. La estocada caída no impidió que le concedan la primera oreja del festejo, tras una buena faena llena de voluntad y entrega, con un toreo de emoción que transmitió y encendió los tendidos.  

Volvió a intentarlo con el quinto, con menos brío que el segundo, siempre comprometido y responsable yendo para adelante en busca del animal que como sus hermanos se movía, se dejaba, pero sin clase ni bravura. No pudo acoplarse con el capote y tras el buen puyazo, inició con la pañosa tratando de imponerse. Lo hizo pasar por derecho, aguantando y dejando la tela puesta al final del muletazo para que repitiera. Por el izquierdo era más potable pero no lo suficiente como para redondear series completas de naturales. Arrimón final arrancando pases en cercanías para tentar la oreja. Pero todo su esfuerzo lo emborronó con la espada y la cruceta. 

Juan Carlos Cubas no tuvo la predisposición para superar las complicaciones de su lote. Destacó con el buen toreo a la verónica con que recibió al que abrió plaza, un castaño fijo y pronto, que se complicaría en la muleta con similares defectos a los de sus hermanos. Faena a media altura, sin lucimiento ante un animal que no humillaba. Mató de media estocada. Con el cuarto, no hubo mayor diferencia que con los anteriores. La emoción del inicio de faena de rodillas no pudo mantenerse en las tandas siguientes. El toro se vino abajo y poco o nada de relevancia se podía hacer con él.

Lima (Perú), domingo 14 de noviembre de 2021. Plaza de toros La Esperanza. Toros de Santa Rosa de Lima, bien presentados, nobles, con movilidad, aunque justos de raza y con el defecto general de no humillar. Juan Carlos Cubas, silencio y silencio; Román, oreja y silencio; José Garrido, oreja y oreja. Entrada: Tres cuartos de aforo.

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