ENTREVISTA CON EL EXTREMEÑO

José Garrido: “Es difícil que se arregle el toreo, aquí cada uno mira por su interés”

Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 09 de septiembre de 2020
"Cada vez es más complicado que salgan toreros, que ganaderías se hagan hueco… Es fundamental que se den toros en los pueblos. Y no dejar pasar ninguna oportunidad. Ahora más que nunca", señala el diestro

Este verano ha sonado su nombre. Es uno de los toreros que ha despuntado en las corridas celebradas en la desescalada. Dos tardes en plazas de tercera con el toro de primera. Victorino Martín en Herrera del Duque. Murteira Grave en Añover de Tajo. Dos triunfos rotundos amplificados por la televisión. Una versión de José Garrido madura, más cuajada, de un toreo más profundo.

-¿Cómo ha vivido estos meses sin actividad?

-Este parón podía servir para tomártelo como un tiempo extra para seguir preparándote o tomártelo como unas vacaciones. En mi caso ha sido positivo, me lo tomé muy en serio como preparación. En las dos corridas que llevo se ha visto que me ha servido para asimilar muchas cosas, para seguir ahondando en mi tauromaquia.

-¿Qué ha cambiado en José Garrido?

-Este invierno y durante este tiempo he trabajado mucho en mí, he recapacitado mucho. He intentado mejorar. Como decía el maestro de Ronda, hay que ir ‘a golpe cantao’, no se pueden dejar pasar las oportunidades. Y ahora más que nunca.

-¿Cómo fue la sensación de volver a torear?

-Durante el confinamiento me escapé a la finca de Antonio Ferrera donde toreé un becerro. Llevaba 20 días sin torear, es la vez que más tiempo he pasado sin ponerme delante de los animales desde que me dedico profesionalmente al toreo. Estaba nervioso como el chaval que va a torear por primera vez, fue una sensación muy bonita.

“El mundo del toro es muy celoso, por eso cuando uno recibe llamadas de compañeros felicitándote sabes que lo que has conseguido tiene más importancia que otros triunfos”

-Tras su triunfo en Herrera del Duque con ese gran toro de Victorino Martín, ¿estaría dispuesto a volver a las ferias matando esa corrida?

-Triunfar con una corrida de Victorino tiene un plus de importancia para el aficionado y más con esa corrida tan seria. No creo que me encasille, pero si me embisten más toros como lo hizo el segundo de mi lote, no me importaría matar más corridas de Victorino.

-¿Qué le ha aportado esa tarde?

-Me sorprendió la repercusión que ha tenido. Había toros de plaza de primera, dicho por Victorino. Fue el 15 de agosto, una fecha tan emblemática y era la única corrida que había en España, televisada por Movistar. Pude mostrar el toreo que llevo tanto tiempo buscando.

-¿En qué ha notado esa repercusión además del eco en los medios?

-El mundo del toro es muy celoso, por eso cuando uno recibe llamadas de compañeros felicitándote sabes que lo que has conseguido tiene más importancia que otros triunfos. En esta ocasión ha ocurrido eso. Cuando veo algo de algún compañero que me gusta, no me cuesta llamar para felicitarle.

-El capote no suele dar orejas pero da categoría a los toreros. Es uno de sus fuertes.

-Le he echado muchas horas al capote. Me he preocupado de evolucionar, de buscar un lance más profundo, con más empaque… Me gusta intentar torear muchos toros con el capote. El quite por chicuelinas al serio toro de Murteira Grave en Añover de Tajo fue precioso. Con el capote sale la personalidad de cada torero, porque hay movimiento. Intento darle cierta gracia a la chicuelina, que tenga belleza, armonía, ritmo… La gente me identifica con ese lance, me gusta.

-Tomó la alternativa en Sevilla en 2015. Echando la vista atrás, uno se acuerda de aquel toro de Torrestrella al que le cortó una oreja en la Maestranza. ¿Sintió que no se valoró lo suficiente aquella actuación?

-Aquel día era como un examen, la gente no disfrutó de aquella faena. Se midió mucho todo. La prensa lo reflejó así, también. El toro fue bueno, tuvo transmisión y movilidad. Me afectó que se ponderara más al toro que cómo estuve con ese toro. Fue una faena importante. Me siento querido en Sevilla, pero aquella tarde era como un examen, por eso sólo corté una oreja. Al año siguiente, con la corrida de El Pilar, corté otra oreja.

“Uno de mis grandes referentes es Manolo Martínez, su clasicismo, su hondura, su prestancia… También me fijo en el maestro Camino, Ordóñez, Manzanares, Paula, Armillita… Y ahora en Ferrera. No se le ve techo”

-La unanimidad llegó en aquella tarde tan dura con Curro Díaz en Las Ventas.

-Cada toro era una montaña inexpugnable. Nos cogieron a los dos. Para mí fue una tarde importante porque noté el respeto de la afición de Madrid. Ese día se vio a un tío tirar hacia delante con unas circunstancias muy adversas.

-Si hablamos de Madrid y de Sevilla, no podemos dejar atrás Bilbao.

-Bilbao me ha dado el crédito para entrar en las ferias y compartir cartel con las figuras. Ya desde novillero me dio mucho. Siempre será mi plaza talismán porque me ha dado mucho en momentos clave de mi carrera.

-Aunque personalmente usted sienta una evolución en su toreo, ¿cree que en algún momento se ha podido estancar en su situación en el toreo?

-Mi carrera desde novillero sin caballos fue en ascenso continuo. Tomé la alternativa, pude torear en muchas plazas como matador, después llegó un intervalo de tiempo en el que perdí el sitio con la espada. El no puntuar, como me ocurrió en 2017, cuando cuajé varios toros importantes pero me estancó la espada, fue duro. En 2018 me venía abajo pensando en la espada durante las faenas. Me afectó mucho. Afortunadamente, toco madera, he conseguido mantener una regularidad con la espada. Ahora sólo me concentro en cuajar los toros, con confianza, con seguridad en la espada.

“¿Qué es lo más difícil en el toreo? Mantenerse es más difícil incluso que entrar en las ferias”

-¿Qué es lo más difícil en el toreo?

-Mantenerse es más difícil incluso que entrar en las ferias. Madrid ahora mismo es la que da la posibilidad de entrar en esos carteles, por eso es la plaza en la que todos tenemos puesta la mente.

-Usted surgió de una generación interesante de novilleros.

-Estuve como novillero con picadores en 2013 y en 2014, los dos años fui el primero del escalafón. Había muy buenos toreros en mi camada de novillero, pero está tan complicado… Sigo con la misma ilusión de entonces, que es la de estar en las ferias y la de ser figura del toreo.

-¿Cuáles son sus referentes toreros?

-Uno de mis grandes referentes es Manolo Martínez, su clasicismo, su hondura, su prestancia en los muletazos… También me fijo en el maestro Camino, Ordóñez, Manzanares, Paula, Armillita… son todos del patrón del clasicismo, que es lo que busco.

-Antonio Ferrera ha sido su apoderado, su amigo, su espejo.

-Totalmente. Antonio Ferrera es uno de mis referentes también. Es un maestro, no se le ve techo. Todo lo que se le vea en la plaza puede aportar algo. Más allá de su capacidad, hay que hablar de su entrega a esta forma de vida. Es un ejemplo.

-¿En qué siente que ha crecido como torero?

-Creo que la técnica que hay ahora está basada en el poder, porque sale un toro que exige mucho. He querido ahondar en una técnica un poco pasada, que está llena de matices. En el campo he visto el resultado, aplicando a cada toro lo que necesita, no la habitual de la actualidad ‘puesta y abajo’.

-Su vinculación con México va mucho más allá de la faceta profesional.

-México es un país que me enamora. Sus costumbres y su forma de vivir la tauromaquia… es maravilloso. Antes hablábamos de mis referentes, en México se ha toreado de una forma muy suave, muy sutil, gracias al toro que tienen. Eso a mí me llena.

-¿Cómo puede mejorar la situación interna de la Fiesta?

-Se pueden cambiar muchas cosas que serían muy positivas, pero cada uno mira por su interés. Es difícil que se arregle como está el toreo. Cada vez es más complicado que salgan toreros, que ganaderías se hagan hueco… Es fundamental que se den toros en los pueblos. Por otro lado, creo que el interés del aficionado se verá enriquecido en tres o cuatro años con una renovación importante de carteles. Y espero formar parte de esa renovación.

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