En torno a los carteles de la Feria de Fallas, excesivamente breve este año si tenemos en cuenta la trascendencia de la misma, en el artículo semanal de
Las Provincias ponía sobre el tapete la falta de renovación del escalafón, consecuencia en gran medida de la escasa vocación promocional que se respira en el sector que acaba generando una falta de novedades que despierten interés y ganen cuota de futuro. Y los que surgen tampoco encuentran espacio para consolidarse. Lo escenificaba en un nombre concreto, Tomás Rufo, cuya ausencia apenas ha inspirado titulares como prueba definitiva del estado de la cuestión. Ni está ni le esperaban y da pena. Y como él hay unos cuantos nombres más que ni siquiera se les ha incluido en el grupo principal de los agraviados. Y no es justo.
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