La revolución del Perú está servida. Dos toreros de muy distinto corte han hecho el milagro de encender el entusiasmo por la Fiesta Brava en el país andino. Roca Rey y Galdós han enganchado con fuerza a aquella aficion, que por primera vez en su historia se ha encontrado con dos matadores de toros, jóvenes y con posibilidades de ser figuras a ambos lados del Atlántico. La plaza Acho ha sido el escenario de dos grandes faenas de diferente concepto, pero que ambas han hecho el milagro de hacer soñar a los peruanos con una pareja capaz de medirse de igual a igual con lo más granado y triunfante del toreo actual. Uno, Andrés Roca Rey, ha ganado el Escapulario del Señor de los Milagros, y el otro, Joaquín Galdós, le ha pisado los talones al pupilo de Campuzano. Un duelo que ha agitado el toreo al otro lado del charco, como un estacazo en un avispero.
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