Más aprisa imposible. Tres meses, sólo tres meses, cinco días, veinte novilladas y la alternativa en una tarde que quedó en la memoria de todos. -Qué paliza me pegó, ¡qué paliza! Esa es la idea que persiste y la expresión con la que Dámaso me resumió el recuerdo de una tarde de alternativa que pasó directamente a la historia de las gestas. Imposible aguantar lo que aguantó aquel chavalote impávido y firme, qué digo firme, tenaz en sus propósitos. Lo recuerda él y lo recordamos quienes vimos aquella corrida. Heroico, sin volver la cara en ningún momento, una voltereta y otra y otra, en un toro y en el siguiente y como corolario una cornada con dos trayectorias además de contusiones y erosiones varias diseminadas por todo el cuerpo tal y como rezaba el parte médico.
- “¿Mis chicuelinas?... Hay veces que se deja pasar el toro, pero yo toreaba. Les echaba el capote adelante y los traía enganchados como si fuese con la muleta. El toro se hacía un nudo conmigo, era como si los dos nos hiciésemos un churro, así de redonda y de ligada era la reunión”
- “Los toros me cogían mucho con la capa, con la muleta lo veía muy fácil, cortaba orejas, y la prensa, hiciese lo que hiciese, me arreaba. Tanto que cortaba dos rabos y me escondía porque parecía que había hecho un mal. En aquel ambiente me fui refugiando en la muleta y fui dejando el capote… Está feo decirlo pero era así"
- “El toro de antes del guarismo te quería comer, te cogía y te desplazaba del trancazo. El toro de hoy lo piensa más y cuando te coge no te desplaza, te sujeta para herirte”
- “En aquel novillo de San Antonio, al acabar el primer muletazo, le dejé caer la muleta al suelo sin pensarlo y cuando volvió para cogerla redujo la velocidad y le pude pegar cinco o seis despacio. Ahí me di cuenta de lo que era el temple”
- “Los toreros pasan por rachas por vete a saber qué, porque el hígado se encoje o porque el miedo se te mete dentro, porque te cansas o te atoras y no transmites. Por eso una misma faena no transmite lo mismo si la cuajas en un momento o en otro”
- “De mi relación con Madrid hago una lectura positiva. Muchos toreros lo tienen todo en los primeros años y al final la gente se les revuelve. Conmigo fue al contrario y me ha gustado mucho que después de meterse tanto conmigo haya acabado siendo un torero de Madrid”
- “El más importante para mí era yo, no necesitaba a nadie para apretar. Yo quería ganarme la pelea a mí mismo. Todos los días quería hacerlo lo mejor que podía y unas veces estaba por encima de los compañeros y otras no lo lograba”
Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS
Acceda a la versión completa del contenido
La fuerza de lo auténtico
Los mozos de espada de la Comunidad de Madrid han celebrado este sábado en la…
Pasadas las dos de la tarde, en un frío y escueto comunicado, la Real Maestranza…
Tras su estreno en Sevilla, la Peña Francisco Montes “Paquiro” de Chiclana ha presentado el…
Se pone fin a la era Pagés tras noventa años como empresarios de la Maestranza
Un accidente de tráfico se ha llevado la vida de este joven novillero, que ahora…
Colombo hará doblete en su tierra, en una feria en la que debutan los jóvenes…