Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea” ha mostrado en una imagen la dura realidad de la ganadería. La foto de un becerro de apenas un mes devorado por un lobo retrata a la perfección las consecuencias que tiene una decisión tomada desde un despacho político a muchos kilómetros del campo. El maestro y ganadero salmantino denuncia de este modo tan crudo la reciente inclusión por parte de la Comisión Estatal de Patrimonio Natural del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del lobo entre las especies en régimen de especial protección.
“Es un despropósito absoluto, un desconocimiento total de la zona más agreste de España como es el oeste y todo el norte”, señala en primera instancia. “Lo que más me duele es que se haya tomado esta decisión sin haber pisado el campo en su vida, sin habernos tenido en cuenta y sin conocer la realidad de primera mano, y haber decidido desde un despacho”. La propuesta, cabe recordar, prosperó por un solo voto de diferencia y obtuvo el voto en contra de Cantabria, Asturias, Castilla y León y Galicia, donde se concentra un 90 % de la población de lobos en España y donde cada año cerca de 8.000 cabezas de ganado son víctimas de los ataques del lobo. “Pero si la decisión está apoyada por gente de Baleares y Canarias… ¿cómo va a llegar el lobo a esos territorios si no es llevándolo aposta? Es un insulto y una tomadura de pelo para todos los ganaderos”.
La decisión tomada por la cartera ministerial encabezada por Teresa Ribera tendrá unas consecuencias dramáticas. “Los ganaderos estamos sometidos a los ataques del lobo y si esta especie no está controlada supondrá un desastre para la ganadería extensiva. Me parece bien que el lobo se proteja, nadie está en contra del lobo, pero si está controlado, porque de lo contrario es un drama”.
Los lobos, como especie depredadora, son una gran amenaza para la ganadería extensiva. Hasta la reciente decisión de su protección total se autorizaba a controlarlos con un número específico en zonas en las que incidía con un excesivo daño. “Las pérdidas de los ganaderos van a ser tremendas, la decisión tomada va a acabar con la ganadería extensiva y tradicional de este país. Llevamos siglos manteniendo un ecosistema único, si el hombre antiguo casi eliminó el lobo era porque resultaba dañino. Se protegió a la especie y se le controlaba, pero ahora se van a multiplicar las bajas y va a llevar a la ruina a los ganaderos que no puedan aguantar las consecuencias”.
Pedro Gutiérrez sufre a diario bajas en sus ganaderías. “Hasta ahora entendía las bajas como desapariciones o muertes naturales, pero no son así, a partir de ahora hay que denunciarlas como ataques de lobo. La decisión va a incidir en una mayor mortalidad, habrá ganaderos que no puedan aguantarlo. Solo pedimos que impere el sentido común, que es lo que está faltando”, concluye.