Los ganaderos de ganadería extensiva en general, y los de bravo en particular, han alzado la voz tras conocerse la inclusión por parte de la Comisión Estatal de Patrimonio Natural del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del lobo entre las especies en régimen de especial protección, por lo que deja de ser una especie cinegética y está prohibida su caza. La propuesta prosperó por un solo voto de diferencia y obtuvo el voto en contra de Cantabria, Asturias, Castilla y León y Galicia, donde se concentra un 90 % de la población de lobos en España y donde cada año cerca de 8.000 cabezas de ganado son víctimas de los ataques del lobo.
“¿A nuestros ganaderos quién los protege, señora ministra?”, preguntan a Teresa Ribera desde la Unión de Criadores de Toros de Lidia. “En su cartera ministerial aparece Reto Demográfico, pero sin cuidar y atender las necesidades de los habitantes del medio rural ganadero todas las políticas serán una pérdida de tiempo y dinero”, continúan. Los lobos, como especie depredadora, son una gran amenaza para las ganaderías de bravo, que hasta ahora ya sufrían algunas bajas por sus ataques y temen que con esta medida aumente la población y con ella el peligro de ataques a sus reses.
Alianza Rural, por su parte, considera “un ataque frontal al mundo rural y un ataque a la biodiversidad” la decisión de incluir al lobo ibérico en el listado de especies protegidas, y sostiene que “la situación actual es que el lobo ibérico ya cuenta con esta protección al sur del río Duero, mientras en el norte, la aplicación de una adecuada gestión cinegética ha permitido la recuperación y el aumento de sus poblaciones”. Asaja Nacional también ha mostrado su malestar y asegura que “prohibir la caza del lobo no es defender al lobo, es propinar un ataque frontal a los ganaderos de extensivo del norte de España que tienen que tienen que mantener una actividad económica cada día menos rentable”.