La unión hace la fuerza

La unión hace la fuerza y si la idea se desarrolla sin adulteraciones ni martingalas será un paso positivo, porque el toreo necesita cohesionarse para hacer frente a las dificultades económicas del momento y al antitaurinismo.

Por fin se produjo el desenlace del parto anunciado que tanto intrigaba tirios y troyanos. La nueva criatura ha nacido sobre el papel bajo los mejores auspicios. Las empresas del mexicano Bailleres, el francés Casas y el español Cutiño se han fusionado en una sola, con vocación internacional y de reforzamiento de la Fiesta en estos difíciles momentos. La unión hace la fuerza y si la idea se desarrolla sin adulteraciones ni martingalas será un paso positivo, porque el toreo necesita cohesionarse para hacer frente a las dificultades económicas del momento y al antitaurinismo beato, mentiroso y demagógico que solo pretende erosionar las bases de nuestra cultura.

En la presentación del neonato tándem empresarial Simón Casas ha hablado de amor y pasión por la Fiesta, Barrera (en representación de Bailleres) de fortaleza y defensa y Cutiño de trabajo y honestidad. Bienvenido sea el experimento, el cual ha sido recibido con las reservas, temores y recelos con que se suele acoger en este país todo lo nuevo. Los que temen que se imponga en España el toro mexicano ya avisan de su puesta de espaldas, sin esperar a ver los primeros resultados. Quienes desconfían de los profetas cargados de millones también manifiestan su repelús ante la “entente cordiale” franco-española-mexicana. Juicios previos poco consistentes sino se apoyan en pruebas.

Y aunque, como dice el refrán, “el gato escaldado del agua fría huye”, de lo que no cabe duda es de que la peor solución a los problemas que tiene planteados la Fiesta de los Toros, es el inmovilismo. A mí Casas y Cutiño me merecen un plus de confianza por lo que han hecho hasta ahora en el mundo taurino, y a Bailleres no tengo motivos para juzgarlo a priori. Así es que, paciencia y barajar.

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