Toreó con lágrimas en los ojos el último toro de toda una vida dedicada en cuerpo y alma al toreo. No es para menos, después de 25 años. Con letras de oro grabó a fuego la histórica tarde de su adiós a los ruedos, de múltiples emociones, a flor de piel en La Glorieta. “Sentía que cada muletazo ya no lo volvería a sentir. Decir adiós a una vida toreando pues… cuesta”, reconoce. Un día después de que su hijo mayor le cortara la coleta en su plaza, afirma sentir “sensaciones ya raras…”. E incluso manifiesta que: “Todavía no soy consciente de que esto ya se ha acabado” porque “el vacío que me va a dejar el toro, no lo voy a suplir con nada”. López Chaves, dixit.
-El día después, ¿qué sensaciones tiene después de haberse retirado de los ruedos?
-Pues son sensaciones ya raras… Todavía no soy consciente de que esto ya se ha acabado. Todavía no soy consciente de que mañana no me tengo que levantar a entrenar, a coger la muleta, el capote, de que ya he dicho adiós definitivamente. No no soy consciente de ello. Pero voy a hacer todo lo que he hecho también, que es estar aquí en el campo, que siempre lo he compaginado con torear y aquí estaré. Y sobre todo el hueco y el vacío que me va a dejar el toro, no lo voy a suplir con nada. No hay nada que se asemeje a ponerte delante de un toro o a decir: “Mañana toreo”. No hay nada que hagas en este mundo que tape ese hueco.
-¿Cómo vivió Domingo López Chaves su última tarde vestido de luces, que fue histórica y en la que además se concentraron tantas emociones?
–Fue una tarde muy emocionante, porque cada muletazo ya no volvía, ya no lo volvería a sentir y decir adiós a una vida toreando pues… cuesta. Las emociones a flor de piel. El último toro lo toreé prácticamente con lágrimas en los ojos y lo disfruté mucho. Ya te digo que fue una tarde para mí imborrable. Creo que ni soñado había salido así tan bonita y feliz por todo lo ocurrido y lo hecho y la verdad que muy contento. El público, la gente estaba entregada. por ver una corrida diferente, el último paseíllo en esa plaza. Yo decir adiós a una carrera entera. Muchas cosas…
-¿Qué balance hace de su trayectoria ahora que ya ha dicho adiós a los ruedos?
-Un balance muy positivo. No he sido una figura del toreo, pero me voy feliz por haber conseguido lo que he soñado, que es el torear, estar en muchas Ferias, el ir a América y sobre todo el ser respetado por las gentes del toro, por mis compañeros, por los ganaderos, por los banderilleros. Y eso es lo que mejor me llevo, el recuerdo. Y son 25 años de esfuerzo, de sufrimiento, pero de muchas alegrías. Y jamás pensé que iba a llegar donde he llegado, te soy sincero.
-El momento más emotivo, ¿fue cuando su hijo mayor le cortó la coleta?
-Sí, totalmente. Para mí ese momento ha sido el más grande y el más bonito que yo he podido sentir, fíjate qué cosa más rara, vestido de luces. Que mi propio hijo esté esa tarde que yo diga adiós a los ruedos y que me corte la coleta pues para mí ha sido lo más emotivo que he vivido y luego otro muy momento emotivo fue en el último toro, poder torear emocionado, con la emoción y con el alma que toreé a ese toro.
-¿Cómo analiza esas tres últimas faenas?
-El primer toro de El Puerto de San Lorenzo, una ganadería a la que me une una cosa muy especial, porque es una vida entera yendo a esa casa a tentar, muchas vacas, los animales, tanto hembras como machos que he toreado y feliz de que mi ultima tarde haya podido matar un toro de esa ganadería un toro que salió con mucha clase por los dos pitones. Yo creo que tuvo momentos excelentes de embestida, de la manera colocar la cara, de empujar la muleta por abajo, de humillación, de nobleza… Un gran toro que pude disfrutarlo muchísimo.
Luego tuvo la emoción y la transmisión el toro de José Enrique Fraile por el pitón derecho, un toro que se movió, un toro que hizo vibrar a los tendidos, un punto por encima de Salamanca, un gran toro; y luego el último toro, el de Capea creo que fue extraordinario, pero extraordinario en todos los sentidos. En clase, excelencia, humillación en ritmo, un toro yo creo que excelso. Y fue curioso, porque con ese tomé la alternativa y con ese me fui. Y hasta con el mismo traje… el traje de mi alternativa después de 25 años y fueron muchas cosas las que se juntaron ese día.
-Habrá quien se pregunte qué se dijeron El Juli y usted en los dos brindis…
-Son brindis de cariño, de respeto y de admiración. Yo a él le dije que había sido un ejemplo para todos los toreros. Ha sido un torero inalcanzable. Un torero que se va y su tauromaquia sigue creciendo, una leyenda viva del toreo por todo lo que ha hecho. Y también le dije que lo admiraba. Y luego he tenido la gran suerte de que lo he disfrutado como amigo. Y el maestro a mí, pues también. Me dijo que me honra la vida que he llevado en el toreo, que han sido muchos años que he llegado a la meta que he conseguido, que me respetaba y que me admiraba mucho. Fue muy bonito… la verdad que muy bonito. Con mejores palabras que te lo he dicho yo, pero algo así.
-¿Y ahora a qué dedicará su tiempo, después de estos 25 años?
-¿Ahora? Pues mira, dedicarle más tiempo a mis hijos, a mi familia e ir al campo, que sí que he estado pero no con la dedicación plena, porque me he llevado mucho tiempo el toro a través de los tentaderos, de los viajes, de entrenar… y de todo. Tengo una pequeña ganadería, me ilusiona mucha la ganadería, me ilusiona mucho el acoso y derribo, con el caballo, me apasiona el caballo. Y dedicarle mucho más tiempo al caballo, a los amigos y a todo. Y disfrutar de la vida.
