Llegado septiembre, los novilleros tienen exámenes. No porque sean malos estudiantes, al contrario, a la convocatoria acuden a por nota los más avezados. La convocatoria es en ruedos ajenos a las grandes plazas, ruedos en muchos casos portátiles, que han adquirido relevancia y respeto dada la trascendencia de su labor. Y a partir de ellos se puede decir que el toreo más que nunca se cuece en los pueblos. Se trata del efecto más inmediato de las contradicciones y ninguneo que sufre la tauromaquia. Con los empresarios profesionales pillados por el cepo de una administración que no solo no ayuda (en claro agravio comparativo con otras artes) sino que agobia con normas y presiones fiscales que hacen muy deficitaria la organización de novilladas, estas han quedado prácticamente en manos de las comisiones de fiestas y administraciones locales que nada tienen que ver con el entramado empresarial del sector pero resisten bajo la bandera de la tradición y hacen realidad aquello de “si el pueblo quiere toros, toros tendrá”.
Se trata de una pirueta que quiebra la línea natural de gestión y les ha convertido en salvavidas del toreo. Algemesí, Arnedo, Arganda, ya conocidas por las tres A, Villaseca de la Sagra, Calasparra, Villa del Prado, Guadarrama, San Agustín del Guadalix, como principales ferias novilleriles de un extenso calendario, contratan a los más destacados del escalafón de plata, cumplen con los honorarios, lidian ganado de garantía y ponen el máximo empeño en que los triunfos de los chicos tengan repercusión mediática. Aunque nunca es tarde si la dicha es buena, el fenómeno solo tiene una pena, la mayoría de estas ferias llegan en septiembre, lo que obliga a la grey novilleril a largos meses de abstinencia, pero al final siempre están ahí, regando la sementera que en el mejor de los casos al final del proceso cosecharán los profesionales.
Las novilladas han quedado en manos de las comisiones de fiestas
Este año dos valencianos, Nek Romero y Samuel Navalón, de Algemesí y Ayora, entran con cartel de favoritos en la mayoría de los certámenes novilleriles, circunstancia que hacía muchos años que no se daba y supone un chute de esperanza para el toreo de la tierra. Ambos están anunciados en Algemesí, Arganda, Guadalix y también en Albacete, aunque en ninguna de las citas coinciden en el mismo cartel. Con una aparición explosiva los dos, culturalmente son distintos y complementarios, de tierra adentro el ayorense, de la Ribera el de Algemesí; más poderoso el primero, de más distinción el segundo; formado en la escuela de Albacete Samuel, de la escuela de Valencia Nek; y ambos con apoderados experimentados, especialmente Nek, al que dirige Santiago López, mientras que es el salmantino Nemesio Matías quien tiene la responsabilidad de Samuel. No aprovechar una coyuntura así sería un despilfarro taurino.
No son los únicos aspirantes, los dos valencianos tendrán que competir con los más destacados de la categoría, la mayoría de ellos más experimentados y con más bagaje, nada definitivo tratándose de una profesión tan personal: Mario Navas, Marcos Linares, Manolo Caballero, Jorge Molina, Manuel Román, Lalo de María, Tristán Barroso, Peñaranda, Cristiano, Aarón… tantos y con tanto nivel que hace pensar que estamos ante una promoción de grandes y nuevos toreros, pero de momento tienen que superar el examen de septiembre.
Con una excelente agenda de contratos para este septiembre que culminará con el paseíllo de octubre en Valencia, donde alternará en corrida mixta con Morante y Talavante nada menos, Nek anda concentrado entre su Algemesí natal y la finca de su amigo el ganadero Pedro Jovaní en Sant Mateu. “Tengo la tarde de Valencia grabada en la mente, pero también las otras. Tengo un fin de temporada muy bonito”, y añade: “Desde la novillada de Las Navas no me he puesto delante del toro así que tengo que estar mentalizado y en ello estoy. Si me arrimo el año que viene no estaré tanto tiempo sin torear”, bromea.
Se le aprecia mucha seguridad en sí mismo, la misma que tanto le ayuda en el ruedo. En la comparativa con la etapa anterior afirma: “Con el utrero siento que puedo torear más despacio, a la velocidad que se sueña. Si tienes el valor necesario te deja expresarte mejor. A cambio de pasar más miedo, claro”. Valora mucho a su compañero Navalón: “Se trata de un torero muy bueno, también diría que moderno, de los que llaman mucho la atención. Tiene mucha capacidad y mucha técnica, es muy Roca Rey. Muy de hoy en día”. Y a preguntas de si él no se considera torero de hoy día, asevera: “No tanto”.
El ayorense es un hombre feliz, que afronta el mes de septiembre con diez contratos en firme, cifra que califica como algo maravilloso y espera ilusionado que se pueda incrementar. Su triunfal debut con picadores en la feria de Almería ha puesto en modo de ilusionada alerta a los principales profesionales, incluido al propio torero: “Me gusta más el novillo con picadores, es más asentado y me siento más a gusto con sus embestidas. Noto que puedo aprovechar al máximo esta nueva etapa. Voy a tope”, asegura ambicioso desde su euforia juvenil. La feria de Albacete es una de las citas más relevantes que tiene en la agenda y asegura soñar con Valencia, donde triunfó sin picadores las pasadas Fallas: “Estoy loco por volver a mi tierra en esta nueva categoría, si no es este año espero estar en las próximas Fallas”.
Sobre Nek tiene la mejor de las opiniones: “Me gustaría mucho torear con él. Le admiro por lo que está consiguiendo. Es un torero que me gusta. Le veo con mucha capacidad, con valor y sobre todo le valoro el sentido del temple que tiene”. Y sobre su propio toreo, asegura: “Tengo muchos defectos que debo corregir, pero también virtudes que quiero potenciar”.
