El torero y empresario manchego Manuel Amador aún no se ha recuperado de la irremplazable pérdida que va a ser para el mundo del toro y sus allegados, el fallecimiento del maestro Dámaso González: “Ha sido una noticia terrible para nosotros. Toda mi admiración y respeto a esta gran figura del toreo. Lo admiré desde siempre porque al ser de Albacete los recuerdos fluyen hoy más que nunca sobre el maestro”.
Amador tiene muy claro la importancia del “León de Albacete” en el mundo del toro y a la hora de calificar su toreo o enumerar sus aportaciones al toreo destaca: “Sus aportaciones son innumerables… Una aportación en el conocimiento de los terrenos, en el dominio de los toros, en las distancias, en el temple, en la cabeza que tuvo para entender los toros y darles la lidia que necesitaban… Son innumerables. Su lucha, su raza… Me quedo corto a la hora de calificarlo pero sí es claro que de él han bebido después, muchos toreros que lo han seguido y han desarrollado su toreo sobre los cimientos del maestro”.
En lo personal, Manuel Amador no duda en resaltar y recordar su amabilidad y su cercanía, concluyendo “Daba gusto conversar con él y además en sus reflexiones te transmitía todo su conocimiento y experiencia como un legado. Él contaba las cosas como si lo estuvieras viviendo… Y te hablaba de toros, de la vida, de sus sensaciones en el toreo…. En este sentido recuerdo como una vez me confesaba cómo le gustaba enterrar sus pies en la arena, apalancarse como él sólo sabía y meterse entre el toro, entre sus pitones, concentrado… Son muchos los recuerdos y las vivencias y ahora hay un dolor tremendo en todo el mundo taurino y, evidentemente, en la gente que lo quiso y estuvo siempre con él. En realidad, no tengo calificativos para describirlo”.
