Ya queda poco para el primer gran acontecimiento taurino del año, la feria de Fallas de Valencia. La primera de primera, como bien dice José Luis Benlloch. Y con ella, paralela y cogida de la mano…
Ya queda poco para el primer gran acontecimiento taurino del año, la feria de Fallas de Valencia. La primera de primera, como bien dice José Luis Benlloch. Y con ella, paralela y cogida de la mano, la feria de festejos populares. Festejos, que junto a los de La Magdalena de Castellón, son tal vez, los de mayor repercusión del año.
Todos los aficionados pendientes de estos festejos ya que da la casualidad que no se celebran otros por nuestras calles como puede ocurrir en Julio por ejemplo. Y la prensa especializada llena sus páginas con lo ocurrido en dichos eventos. La repercusión es máxima, con el cénit en los concursos de recortes, que desde que se embarcaron en una gran aventura, pionera por estas tierras, Bernardo del Valle “Vallito” y Alberto de Jesús, han dado para mucho. Parecía la gallina de los huevos de oro, pero nada más lejos de la realidad, han tenido un bajón estos años atrás. La dichosa crisis, el encarecimiento de las entradas, el quemar el espectáculo dando más concursos de la cuenta, y algunas cosas más, hicieron que aquellos llenos de reventón, con el sol fallero de testigo, pasaran a ser entradas más bien pobres. Pero el año pasado hubo un atisbo de esperanza para volver a los viejos tiempos, la plaza se llenó el día de los recortes, y aunque las noches es difícil que vuelvan a ser lo de antes, se palpa en el ambiente predisposición por volver a la plaza en Fallas. La oferta es atractiva, y se intenta innovar en varios aspectos. Desconozco hasta la fecha los precios, pero espero que estén acorde con la situación económica actual.
Personalmente, lo que más me gusta son los concursos de recortes. Este año los toros pertenecen a la ganadería de Doña Dolores Aguirre. Divisa encastada y un tanto complicada. Lo tienen que tener en cuenta los chavales actuantes, y tener claro el comportamiento del encaste Atanasio-Conde de la Corte, al cual pertenecen. Toros altos de cruz y cornalones, abantos de salida pero con buen fondo. No valdrán las florituras y habrá que saber lidiarlos. A mi entender, deberían ayudarse entre ellos y dejar un poco de lado la competición. Luego ya ganará el que sea, pero es una buena prueba de fuego para ellos, para ver la afición y los conocimientos que tienen. Tal vez veamos un concurso más para aficionados que para el público en general. No por ello se va a quedar de lado la espectacularidad y el colorido que suele acompañarlos. La cuestión es que hay masclets y pólvora para una buena mascletá, y eso siempre es atractivo.
Por cierto, no me gustaría acabar sin una pequeña demanda. Sería acertado, que en todos los festejos se lea en alguna pancarta que los toros en las calles también tienen que ser Bien de Interés Cultural. Es importante.
