Foto: Vicent CanellesVista la cariñosa, sentida y respetuosa despedida que Bilbao le ha dedicado a Enrique Ponce, nos hace pensar -y nos obliga- para que la de Valencia no deba quedarse a la zaga. Falta apenas un mes y días. Ya lo saben los aficionados, será el día que se celebra la fiesta de la Comunitat, y a partir de ahora no solo quienes aman la tauromaquia deben prepararse para mostrarle sus respetos a quien ha paseado con tanta torería y honra el nombre de nuestra tierra, también las autoridades deben estar a la altura. Será una buena ocasión para mostrar, nosotros también, nuestras sensibilidades. Así que desde ya hay que ponerse a trabajar.
Y entre todo lo que tiene que vestir la tarde del adiós a los ruedos del maestro de Chiva, está la alternativa del novillero de Algemesí, Nek Romero. Por las condiciones que se le vieron cuando abandonó la Escuela de Tauromaquia que viene contando con el acertado apoyo de la Diputación, y la evolución que mostró en sus inicio ya en novilladas con picadores, fue elegido para que recibiera la borla de matador de manos de tan señalada figura. Compromiso de alto voltaje que el chico a buen seguro debe ser consciente.
Hasta ahora, y después de haber pasado por Madrid y Sevilla dejando buena impresión, va sumando éxitos. En las tres últimas novilladas que ha toreado estos días ha cortado hasta siete orejas, pero el paso que va a dar le va a exigir grandes sacrificios y mucha entrega a la hora de afrontar cada uno de la docena de paseíllos que trenzará en el mes de septiembre, incluida su repetición en la monumental de Las Ventas el próximo 3 de octubre. De ahí debe salir con el aval que respalde las ilusiones que se han depositado en su figura. Luce clase, valor y torería, aliños indispensables para ser figura, pero deben estar adobados con la entrega y pasión que desde becerrista ya mostró quien le cederá los avíos con los que tiene que demostrar que es un digno sucesor. Tiene todo una mes para soñar.
