FERIA DE SAN FERMÍN

Decepcionante debut de Pedraza de Yeltes en Pamplona

La esperada presentación de la divisa salmantina en la Feria del Toro no cumple las expectativas con una corrida falta de raza y a menos en su comportamiento
Íñigo Crespo
domingo 10 de julio de 2016

Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo, por encima de la deslucida condición del envío.

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JAVIER ARROYO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: “Tarde triste y desangelada”

Fotos: JAVIER ARROYO

La corrida de Pedraza pecó de lo que esta ganadería ha sacado en otras ocasiones: potencia y clase. Corrida de comportamiento muy cambiante: los que se movieron lo hicieron más por inercia que por entrega y, en general, el encierro se mostró más a la defensiva que embistiendo con criterio. Poco pudo hacer la terna de toreros: hubo caros destellos de Curro Díaz, compromiso de Iván Fandiño y tampoco volvió la cara Juan del Álamo.

El primer toro de Pedraza, serio, hondo y bien armado, resultó deslucido, acrecentando sus dificultades durante la lidia. Áspero ejemplar. Curro Díaz brindó al cielo una faena en la que hubo suave trato cuando el animal se movió por inercia y expuso cuando el toro se paró. Media estocada defectuosa. Silencio.

Curro Díaz dejó muletazos excelentes frente al cuarto, toro aparatoso y largo que se prestó pero sin finales y reponiendo la embestida. El de Linares le pisó sus terrenos y tiró de él, logrando muletazos de bella factura. Apuntes caros. Faltó rubricar con la espada. Silencio.

Le faltó raza al segundo, otro animal serio, alto de agujas, que fue desarrollando genio durante la lidia. Bajo de raza. Fandiño brindó al cielo y compuso una faena de enganchar al toro y tirar de él hasta exprimirle en una faena cargada de determinación. Por encima del toro el de Orduña, que concluyó de pinchazo y media estocada. Silencio.

La actitud, la firmeza y el equilibrio de Iván Fandiño se estrellaron en quinto lugar frente a un toro descompuesto y rajado que se quedó muy corto y acabó parado y entablerado. Se atascó el acero. Silencio tras aviso.

Más manejable fue el tercero, un toro sin entrega que le faltó uniformidad. El salmantino Juan del Álamo le ligó una faena de buena disposición en la que puso empeño y tesón sin que tomase altura. Concluyó con molinetes de rodillas. Estocada. Silencio.

Se justificó Juan del Álamo, que no volvió la cara nunca frente a otro deslucido ejemplar de Pedraza de Yeltes, el sexto, que no tuvo entrega ni clase. Descastado y deslucido. La espada no viajó certera, se atascó el descabello y se enfadó el público. Silencio tras dos avisos.

Pamplona, domingo 10 de julio de 2016. Toros de Pedraza de Yeltes. Bien presentados, con mucha arboladura, serios, desiguales de hechuras. Deslucidos y desrazados. Los hubo con algo más de movilidad -como el 3º-, pero siempre a menos, que fue el gran hándicap de la corrida. Curro Díaz, silencio en su lote; Iván Fandiño, silencio y silencio tras aviso; y Juan del Álamo, silencio y silencio tras dos avisos. Entrada: Lleno. Bien con los palos Iván García frente al segundo. Los toreros -matadores, banderilleros y picadores- hicieron el paseíllo desmonterados y sin música de fondo en señal de duelo por Víctor Barrio. Al finalizarlo, el público -respetuoso y puesto en pie- guardó un minuto de silencio sonando de fondo la emotiva pieza “Silencio”, interpretada para la ocasión por la peña “Los del Bronce”.

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