Sus palabras están cargadas de sinceridad y compromiso. Juan José Padilla habla desde una entrega por su profesión y por el toro que no conoce límites ni barreras. En la última corrida de la temporada en Zaragoza lo volvió a demostrar: del drama a la gloria. Un lustro después se marca retos y sigue soñando en conquistarlos y, sobre todo, continúa tras 23 años de alternativa con la misma pasión, vocación e ilusión que el primer día. Un ejemplo de superación y afición.
– “En el toreo se siente, se sufre y se muere de verdad. Los toreros estamos en una profesión llena de riesgo pero a la vez llena de gloria”
– “Nunca me planteo el futuro porque no puedo hacerlo cuando he vivido entre la vida y la muerte en algunos momentos. Vivo el presente, sólo pienso en el día a día”
– “La recompensa llega cuando con anterioridad has llevado un camino de esfuerzo, disciplina y sacrificio”
– “En Zaragoza la inyección de moral y la adrenalina me la aportaron mis compañeros estando al nivel que estuvieron. Yo no podía quedarme en la enfermería”
– “El toreo debe tener pasión y entrega porque si no te entregas es que no estás convencido y si no tienes pasión no tienes ilusión”
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