Se dice que la Fiesta anda necesitada de un revolucionario, una especie de Mesías, alguien que desate pasiones y llene los tendidos. Pues bien, este Roca Rey va camino de serlo. O, al menos, posee todo lo necesario para ello. Irrumpió como un ciclón y arrolla como lo hicieron otros grandes toreros. A cada paso que da genera más expectación, más interés y más curiosidad. Todos quieren verle. Su personalidad ha calado y se ha ganado el corazón de la afición. No le pone límites a su ambición. No acusa la presión, cuanta más, mejor. Le gusta la responsabilidad, asegura incluso que la busca. No es hombre ni torero de medias tintas. Su conquista por el territorio del toreo continúa su marcha y no parece que vaya a detenerse. Su máxima: la entrega absoluta, en la vida y en la plaza.
– “Mi sueño es marcar una época y ser respetado no sólo por la afición de este tiempo sino también por los que vengan después”
– “Quiero que el público vaya a la plaza y salga de ella feliz, que no vean un espectáculo más, que tengan ganas de volver”
– “Sin miedo la vida sería un poco aburrida. La adrenalina, las dudas y la incertidumbre son igualmente bonitas. Cuando superas el miedo eres el hombre más feliz del mundo”
– “No soy un torero de ir a medias tintas, lo veo algo insípido. Hay que jugarse la vida toreando como sientes y asumiendo el riesgo”
– “¿El nuevo Mesías? Voy a soñar con eso. A mí me encantaría. Lo que te lleva a ser ambicioso es intentar ser el mejor”
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