El nombre de Juan José Padilla vuelve a aparecer, un año más, en lo más alto del escalafón de matadores de toros; y lo hace casi sin proponérselo, como confiesa en esta entrevista en la que repasa lo que ha sido su temporada 2017, concluida con uno de los compromisos de mayor carga emotiva del año para él: su comparecencia en la Feria del Pilar de Zaragoza del pasado día 14, allí donde todo pudo acabar y, sin embargo, todo empezó de nuevo.
-Llegamos a final de temporada y, un año más, el nombre de Juan José Padilla continúa en lo más alto del escalafón de matadores, aunque en este caso junto a Roca Rey. ¿Le sorprende?
-Pues un poco sí, porque nuestra intención este año no era la de quedar en primer lugar, pero las circunstancias de la temporada, afortunadamente, se han ido encadenando positivamente y Dios ha querido que haya terminado toreando más tardes de las que en un principio pensábamos.
-¿Qué impresión general le ha dejado la temporada?
-Me he encontrado muy bien, muy motivado y responsabilizado. Ha sido una temporada francamente bonita. Ha habido tardes muy positivas, no me ha pesado la sucesión de festejos, y he disfrutado tanto de mi toreo como del de mis compañeros, de los consagrados y también de los emergentes, que de algún modo me obligan a superarme a mí también. El hecho de que lleguen toreros nuevos arreando es positivo para todos. Lo cierto es que no ha terminado esta temporada y casi estoy ya añorándola.
“El planteamiento de la temporada no era estar arriba en el escalafón, pero se han dado circunstancias positivas y he toreado más”
-Si hubiera que señalar una tarde que le haya dejado un regusto positivo especial, ¿cuál sería?
-Hay varias. Recuerdo el segundo toro de Málaga. La corrida no estaba saliendo como esperábamos. Sin embargo pude cuajar este toro a mi gusto y ponerle un ritmo especial. Para mí fue una tarde significativa. Y también la tarde de Bilbao con un toro de Álvaro Domecq, fue una faena francamente buena que no rematé bien con la espada, que cayó algo baja. Y no puedo dejarme atrás los triunfos de Valencia y Castellón, a principios de temporada, con los que disfruté mucho.
-¿Y una tarde para olvidar?
-Pues también las ha habido, pero le soy sincero si le digo que de esas prefiero ni hablar. Destierro todo lo negativo.
-Tengo la sensación de que la salida por la Puerta del Príncipe del año pasado supuso una liberación artística para usted. Algo así como un reconocimiento que le hizo alcanzar una meta soñada que le permite, si se puede utilizar esta expresión, relajarse algo más.
-Para mí fue un sueño cumplido. Los sueños si se persiguen se cumplen, como dije, y yo he ido cumpliendo varios sueños. Indultar un toro en la México fue uno, haber encabezado el escalafón varios años igualmente supuso un anhelo alcanzado, y salir por la Puerta del Príncipe de Sevilla fue otro, por supuesto. Estos logros te permiten no relajarte, pero sí sentirte satisfecho y orgulloso, y ver una recompensa a tanto esfuerzo y sacrificio.
“Me quedan sueños por cumplir. El principal es Madrid. No he tenido suerte allí y me gustaría saldar mi compromiso con Las Ventas”
-Precisamente por esa satisfacción personal y ese sueño cumplido, muchos esperaban que la temporada 2017 fuese menos abundante.
-Ya, pero un torero tiene su amor propio, y uno puede hacer un planteamiento inicial que luego la realidad modifica, al alza o a la baja. Y debo añadir que prefiero haber tenido que cambiar el planteamiento de temporada por haber tenido más ofrecimientos para torear de los que en un principio queríamos. Cuando todo fluye de manera positiva, hay que dejarse llevar por esa corriente, porque las negativas también las he vivido y son mucho menos agradables.
-A buen seguro quedarán sueños por cumplir.
-Por supuesto. Se llama Madrid. No he tenido suerte allí y me gustaría saldar mi compromiso con la plaza de Las Ventas.
-A veces, a lo largo de su última etapa más “amable”, han surgido ciertos roces con los palcos. ¿Se ha sentido “mejor tratado” este año?
-No me gustaría hablar de los palcos. No voy a alimentar un protagonismo con el que no estoy de acuerdo.
-La polémica de la bandera inconstitucional provocó una reacción a buen seguro sorprendente para usted.
-Desde luego. Una vez más reitero mis disculpas si ofendí a alguien paseando aquella bandera, pero no fue en absoluto intencionado. Me he puesto muchas banderas de España en muchas vueltas al ruedo, y no me di cuenta en absoluto de que fuera una bandera inconstitucional. De hecho yo apenas conocí el franquismo, por tanto la acusación de que fue algo intencionado no tiene fundamento. Me pongo banderas de España porque me siento torero y me siento español. Ni más ni menos.
“Me sorprendió mucho la polémica de la bandera. Vuelvo a pedir disculpas si ofendí a alguien. Me pongo banderas de España porque me siento torero y español”
-Ha sido un año especialmente duro en cuanto a pérdida de figuras señaladas en el mundo de la Tauromaquia: Fandiño, Palomo, Dámaso, ahora Victorino…
-Estas personas nos marcan los recuerdos y unas referencias en el toreo. Victorino ha dejado un legado insuperable. Su esfuerzo, su constancia, el haber llevado a su ganadería desde la nada a lo máximo. Una trayectoria admirable. Además me enfrenté a más de sesenta corridas suyas y tuve la suerte de indultar un toro en San Sebastián, Muroalto. La muerte del maestro Dámaso también ha marcado mucho. Fue un manantial de respeto, de humanidad, de humildad y de torería. Y la pérdida de Fandiño fue especialmente dura. Sufrí mucho porque toreamos juntos en Riobamba a principios de junio, salimos a hombros juntos, hicimos el viaje de vuelta a España juntos, nos despedimos con un abrazo en el aeropuerto de Barajas y pocos días después ocurrió la desgracia. Eso marca y duele mucho. Sobre todo cuando aún no nos habíamos recuperado de la muerte de Víctor Barrio, ambos en plena juventud, y con ganas de hacerse grandes en el toreo, aunque Iván ya lo había conseguido en mayor medida que Víctor, que estaba en camino de lograrlo.
-Aunque afortunadamente las secuelas de la cornada de Zaragoza son ya menos evidentes, aún siguen ahí. ¿Cómo avanza la recuperación física que todavía arrastra?
-Pues estoy en preparación para distintas operaciones. Ahora tengo una intervención del oído, que me ha molestado bastante durante la temporada por el acúfeno, pero también debido a un taponamiento provocado por una fibrosis que a veces me hace perder el equilibrio. También hay cosas pendientes con el malar. Tendré que volver a pasar por el quirófano, aunque ya, por suerte, son intervenciones de menor envergadura.
“Espartaco decía que cuando empezaba a disfrutar de los compañeros vio que era el momento de retirarse. Yo no sé si será el momento, pero disfruto mucho con los compañeros”
-Al hilo de algo que ha señalado anteriormente, Espartaco ha declarado en alguna ocasión que cuando él empezó a disfrutar con el triunfo de los compañeros, comprendió que había llegado el momento de la retirada. ¿En qué momento está usted?
-Es cierto que lo dice Espartaco -risas-. A mí ha llegado a decírmelo en persona alguna vez. Cuando algún otro torero cortaba orejas y él no cortaba nada le sentaba muy malamente. En cualquier caso, yo ya llevo 24 años de alternativa, y en este momento mi motivación es defender mi posición actual, ganada con mucho sacrificio y esfuerzo. Pero no puedo negar que disfruto mucho con los compañeros, sobre todo porque conozco de primera mano el esfuerzo que hacen todos los que se visten de luces; los que matan corridas duras, y los que se enfrentan a corridas más, digamos, amables, porque ahora conozco en primera persona el enorme esfuerzo que requieren esas corridas más apetecibles. Y admiro a mis compañeros. No sé si será señal de que llega el momento de retirarme, pero yo así lo siento.
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