En la primera semana sin San Isidro cuesta adaptarse. Nos quejamos de tanta feria y cuando se acaba se echa a faltar. ¿Qué hacemos esta tarde?… En los balances finales que han emergido por doquier hay nombres y temas para el reconocimiento y para la corrección, al final sumas y restas y salvo dolores de barriga y quimeras personales hay muchos más motivos para felicitarse que para abjurar. Unas páginas más adelante encontrarán unos esclarecedores gráficos que han elaborado los compañeros de Aplausos que hablan bien a las claras de lo sucedido. Sabiendo lo mucho que influye Madrid en el planeta toro habrá que tomar en cuenta unos y otros. Reconocimiento a los triunfadores, a ese Talavante que ahora navega en solitario, o eso parece, en las procelosas aguas de la contratación ¡que le vaya bien hace falta, que mida bien!… sería un pena que ese punto de sazón artística que exhibe se diluyese en los vericuetos de los despachos, al estable Juli, a Castella, a Cayetano, a Chacón, a Cortés, a Moral… a ese De Manuel, un novillero novillero de los de ir a cuerpo limpio a la conquista de un sueño y ni qué decir al vendaval Ventura, un general al que no le están bastando las trompetas de sus triunfos para derribar los muros del norte, hasta veinte plazas resisten sus envites se quejaba rebelde pero entero en los micrófonos de la 99.9 Valencia Radio, la ídem de Aplausos. Con cinco orejas y un rabo en Madrid como argumento ya se antoja difícil imaginar muchas resistencias pero uno ya no se fía. La mayoría de los citados tienen mecanismos y estatus para hacer valer sus triunfos pero a alguno de ellos, seguro, le será más difícil que no imposible abrir huecos, pero insistan, reincidan, perseveren, esa es la fórmula. Sería justo que se les valorase en lo que se merecen y en lo que necesita el toreo.
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