LA FUERZA DE LA SANGRE (IV)

Ombú JP, cerca de la perfección

Ombú exhibió en Las Ventas un comportamiento extraordinario. Bravo y con clase, acudió pronto a la muleta de Luis David Adame, que paseó una oreja del gran juampedro. Os contamos su historia en el siguiente reportaje...
José Luis Benlloch
lunes 02 de julio de 2018

Ombú fue una de las estrellas de San Isidro. Un excelente toro con el hierro de Juan Pedro que ocupó plaza destacada en la lista de los principales de la feria. Lo tuvo todo, o casi todo, incluido su extraño nombre, breve y sonoro, que se quedó en el lenguaje de los aficionados que lo repitieron con frecuencia y hasta con familiaridad. ¡Ombú tuvo clase! ¡Ombú fue guapo!… Quién es Ombú, se preguntaban los que no estuvieron en la plaza, pues para su criador un toro que rozó la perfección. Juan Pedro me habla desde el móvil. Días después sigue rebosando satisfacción…

-Fue un toro que se acercó a lo que uno sueña tanto por su morfología como por su comportamiento. El conjunto morfología y comportamiento muchas veces no se acompañan pero en Ombú sí se produjo esa coincidencia. Pertenece a una reata curiosa, que conocemos en casa por la reata de las Serpientes. El color jabonero le viene por su madre que es melocotona. Era melocotona, en pasado, porque murió. Fue uno de esos toros que se acercan a la perfección.

-¿Existe la perfección?

-La perfección te diré que hay que soñarla pero no considerar nunca que la has alcanzado.

-¿Esperabas ese comportamiento de Ombú?

-Sí. Yo creía que podía ser un toro grande y lo salvé el año pasado de que se lidiara en Málaga, también de que se lidiara más tarde en Zaragoza para tener en Madrid un par de balas seguras este año. Una era Ombú y la otra un número 13.

-Te gustan los cinqueños.

-Me gustan.

-¿Por qué estabas tan seguro de que era un disparo seguro?

-Porque tenía una morfología casi perfecta. Formas, cuello, pitones… Luego porque los toros cinqueños, Ombú lo era, tienen un desarrollo muscular más importante y porque venía de un toro que ahora mismo es el más decisivo de cuantos tengo vivos en la ganadería. Había tenido una hermana de padre y madre que la toreó Enrique Ponce, que fue absolutamente espectacular. Y cuando todos esos datos se unen en un toro las probabilidades de que se comporte como se comportó Ombú son más altas.

-¿Cómo se llama el padre?

-Arrempuja. De arre y de empuja.

-Me gusta el nombre.

-Es un nombre antiguo de mi abuelo. Tiene trece años y ha dado toros muy importantes. Ya le queda poco tiempo de cubrir, dos o tres años más.

“Tenía una morfología casi perfecta. Formas, cuello, pitones… Era cinqueño y por ello contaba con un desarrollo muscular más importante, venía del toro actual más decisivo… Así que lo esperaba”

Arrempuja es castaño, me cuenta, y está marcado con el 177. Se iba a lidiar en Valencia pero se partió un pitón y lo metió en la plaza viviendo todavía Juan Pedro padre. Recuerda que lo toreó Daniel Luque y que su padre nunca le vio los productos porque se lo llevó a la finca de Portugal donde cubrió en Parladé. Luego lo volvieron a Lo Álvaro e insiste que ha dado excepcionalmente.

-Háblame de la madre.

-Es melocotona como te he dicho. Es de la O, de un año antes de que muriera mi padre. Tuvo una hermana de padre y madre que fue igualmente excepcional. Era hija del 56 Viandero y estaba marcada con el 700 del año 9.

-Ombú sueña extraño.

-Es el nombre de un árbol de Latinoamérica. La vaca viene de la familia de las Serpientes y por el año de nacimiento tenía que comenzar por O, ya sabes que cada año a las becerras aprobadas se las nombra con una palabra que comienza por la misma letra para así tener la información directa de la edad. Esta pues, tenía que hacer referencia a las serpientes y comenzar por O y en esa tesitura no encontraba ningún nombre de serpiente que comenzase por O, así que recurrí a Ombú que es un árbol en el que se refugian muchas serpientes en las américas. Esa es la historia del nombre.

PARIENTES ILUSTRES

-¿Parientes suyos que hayan tenido éxito?

-Hijos de ese toro muchos. Me viene a la memoria un toro de Castella en Sevilla en 2015, se llamaba Embajador. Lo pinchó y le cortó una oreja. Otro toro excepcional, este con el hierro de Parladé, le correspondió a Juli que le cortó las dos orejas en Arles ese mismo año.

Mientras tomo nota me va apuntando más nombres. El 17 Gritón que toreó Varea el año pasado en Castellón, que tuvo una gran clase. Gruñón, número 41, que le correspondió a Manzanares en Sevilla la feria de 2017. Un Napoleón de Thomas Joubert en Arles y un Otomano que mató Padilla en El Puerto de Santa María el pasado agosto.

“La Ombú es de la familia de las Serpientes y como no encontré ninguna que comenzase por O, recurrí a Ombú que es un árbol en el que se refugian”

-De ese mismo toro, Arrempuja, sacamos el año pasado un semental. Lo tentó de utrero Enrique Ponce y fue excepcional. Se llama Infortunado y está marcado con el 76. Y para el año que viene tengo un hermano de padre y madre de Ombú.

-¿Crees mucho en las reatas?

-Por supuesto. Esta de Ombú tiene tres generaciones seguidas con sobresaliente en la muleta. Tres generaciones, madre, abuela y bisabuela con notas de nueve y diez en la muleta es mucho, eso es una garantía. Hay pocas generaciones que den esa secuencia de excepcionalidad.

DESENCUENTRO CRÍTICO

-El toro de Madrid salvó la corrida.

-Cuando un toro es tan excepcional hace que todo el mundo se acuerde del toro y se olvide de los defectos y virtudes que pudo tener la corrida.

-¿Tú cómo la valoras?

-Una corrida para Madrid de la que hay que estar contento. Hubo varias faenas y hubo varios toros que me gustaron aparte de Ombú. El primer toro de Finito a mí me gustó. Era hermano del de Ponce de Valencia. El cuarto y el sexto también me gustaron. La corrida se movió. Hubo varios toros a los que se les pudo sacar su fruto. Esos y un toro excepcional no es poco. No estoy disgustado por el resultado aunque lógicamente aspiro a más.

“Cuando un toro es tan excepcional hace que todo el mundo se acuerde del toro y se olvide de los defectos y virtudes que pudo tener la corrida”

-¿Contento pues?

-Estoy contento con la corrida, sí.

-Pues no tuvo buena crítica.

-Yo nunca tengo buena crítica por lo que ese detalle no me cambia nada. Mis críticas nunca reflejan lo que sucede en el ruedo.

-¿Tú crees eso?

-Sí, claro. Gracias a Dios yo vivo de los resultados, no de las críticas. Así ha sido durante años. Afortunadamente existen las imágenes y luego la gente, sobre todo las figuras del toreo, opinan cosas diferentes a la crítica porque si no no torearían mis toros.

-¿Te disgusta mucho no tener buena prensa?

-¡Hombre! me entristece. Uno le dedica no sólo esfuerzo y trabajo sino que se juega su patrimonio a cambio muchas veces de críticas injustas. Cuando son justas, aunque no sean laudatorias, soy el primero en aceptarlas pero hay muchos días, muchos, que no reflejan lo que sucede en los ruedos y me entristece. Nada más. Sé que tengo que adaptarme y es lo que intento hacer.

“Yo nunca tengo buenas críticas por lo que ese detalle no me cambia nada. Nunca reflejan lo que sucede en el ruedo. Gracias a Dios yo vivo de los resultados, no de las críticas”

-Este año le quedan nada menos que Alicante, Málaga, Murcia, Albacete y en septiembre Sevilla… ¿Preocupado?

-Ilusionado.

-Citas suficientes para confiar en que salga otro Ombú, reto por otra parte nada fácil.

-Fue un toro excepcional, -insiste Juan Pedro-.

-En ese juicio no creo que haya habido discrepancias.

Fotos: JAVIER ARROYO y ARJONA

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