El diestro murciano Rafael Rubio “Rafaelillo” señalaba a la muerte de su primero: “Era de los toros que te hacen pasar miedo, tenía un peligro sordo. Le he intentado buscar la distancia, el toro era difícil con muchos matices. Con el capote pasaba pero con la muleta sabía lo que se dejaba atrás”. Frente a su segundo, el diestro murciano optó por abreviar ante un toro sin fuerza y muy parado: “El inicio de faena ha sido sin obligarle pero el toro ha perdido las manos en dos ocasiones. La gente ha estado en contra y ha protestado. Estoy cabreado porque no me he puesto con el toro. Era ponerme para nada.”
Por su parte, el valenciano Tomás Sánchez que cortó una oreja al que hizo segundo, reconocía: “Me hacía mucha falta esta oreja, a ver si sirve y Madrid se acuerda de mí que quiero confirmar la alternativa. Creo que lo he entendido bien.”
El madrileño no tuvo opciones de lucir en su primero, un toro falto de transmisión. “Ha durado muy poco. Si hubiese tenido más movilidad hubiese sido algo más importante. El toro era muy soso, aun así lo he tratado como si fuera bueno, le he puesto un poco de gusto pero imposible porque tenía muy poca codicia. Así es difícil disfrutar”. Con el que cerró plaza consiguió una oreja tras una faena de mucho valor y firmeza en la que acabó cobrando una cornada de 10 cm en la cara anterior de la pierna izquierda. “Más vale una oreja de peso que dos polémicas. No era un toro fácil, pero la gente ha visto que quiero ser torero y que quiero hacerme rico. La cornada es lo de menos, lo que importa es la oreja”.
