Fotos: Arjona
Una tarde de seis toros de Antonio Ferrera siempre es una ventana abierta a lo imprevisible. Así fue también en la de este sábado en Badajoz. El extremeño y su cuadrilla ofrecieron un espectáculo completo, original, con innovaciones, no siempre bien acogidas. A continuación repasamos los ocho momentos en los que se rompieron los moldes durante la tarde.
1 – Chófer-matador: No es la primera vez que lo hace, pero no por ello es habitual que un matador de toros llegue a la plaza conduciendo su propio coche. Ferrera lo hizo en Badajoz. Llegó a la plaza y la abandonó, tras el esfuerzo de casi tres horas de corrida en su Renault 6 blanco.
2- A saludar con las cuadrillas. Es habitual que en las corridas de seis toros el público demuestre su cariño al torero que asume tal reto sacándole a saludar una ovación tras el paseíllo, lo que es inédito es que el matador, en este caso Ferrera, invite a sus tres cuadrillas al completo y a los dos sobresalientes a recoger los aplausos del respetable. La imagen de Ferrera en los medios junto a 21 hombres más es cuanto menos curiosa.
3- Estocadas al paso. Parecía que Ferrera se había propuesto matar a sus seis toros con su peculiar estilo de hacer la suerte andando. Así lo hizo en cinco de sus seis toros con mayor o menor fortuna.
4- Suerte de varas en los medios. Fue sin duda una de las novedades que más suspicacias levantó entre el público. Ocurrió en el segundo de la tarde, cuando Antonio Ferrera ordenó a su picador José María González que picara al toro en los medios. De ese modo entró dos veces el toro al caballo.
5- La ayuda en la izquierda. Los cánones mandan que el toreo al natural se haga sin la ayuda montada, sin embargo, Antonio Ferrera invirtió los términos en el cuarto de la tarde y toreó con la mano izquierda con la muleta montada.
6- Naturales con la derecha. En ese toro, para terminar de cambiar las reglas, quitó la espada cuando toreó con la derecha.
7- La garrocha. En el último toro de la tarde el subalterno Raúl Ramírez hizo la suerte de la garrocha, en la que por cierto lucía una bandera de España. Hasta dos veces saltó al toro.
8- Lidia y banderillas. En el sexto Ferrera hizo todo un alarde lidiador. Con un par de banderillas en la mano cogió el capote y sacó el toro del caballo. Lo lidió para dejarlo colocado. Una vez el toro estaba en el lugar indicado, dejó el capote fijo en el ruedo y puso un par de banderillas.
