Paco González Ledesma

Fue una persona de tal categoría humana que su bonhomía oscurecía todas sus demás virtudes que eran muchas. Se me ha marchado un amigo insustituible e irrepetible. Mi más sentido pésame a su hijo Enric, también periodista, y a toda la familia.

Ha fallecido a los 88 años de edad el abogado, escritor y periodista Francisco González Ledesma. Paco para los amigos entre los que me contaba. Fue una persona de tal categoría humana que su bonhomía oscurecía todas sus demás virtudes que eran muchas. Ha sido uno de los padres de la novela político-social, con su comisario Méndez. Con su novela “Crónica sentimental en rojo”, que guardo dedicada como oro en paño, ganó el Premio Planeta. En la dedicatoria escribió: “Para mi tocayo, periodista de nacimiento”. Su personalidad, como la de todos los seres humanos de auténtica calidad, era poliédrica, lo que nos permitía hablar en profundidad incluso de las cosas del toreo. Sin ser un erudito en tauromaquia supo ver que “el toreo es sentimiento o es muy poca cosa”, y bajo ese punto de vista coincidíamos en análisis y valoraciones de los toreros de todo el tiempo que nos ha tocado vivir.

La última vez que coincidimos, ya abuelos los dos, fue en una cena en los jardines del Hotel Don Carlos de Marbella, en la que su todavía bella esposa y Montserrat, la mía, congeniaron de tal manera que pasaron toda la velada hablando de sus cosas mientras que Paco y yo charlábamos de las nuestras. Era un hombre genuinamente de izquierdas. Pero de aquella izquierda con valores éticos y morales que le impedían ser un hombre de partido. Era Paco González Ledesma una persona con la que se podía ir a cualquier sitio con la seguridad de estar en la mejor compañía. Su estilo personal generaba confianza y seguridad y jamás emitía un juicio que no fuera razonado y razonable. Lo veía todo en positivo. Como redactor jefe de La Vanguardia él y como entrevistador y redactor político de El Noticiero Universal primero y de Diario de Barcelona y El Correo Catalán después yo, coincidíamos a menudo en ruedas de prensa y demás actos propios del oficio. Se me ha marchado un amigo insustituible e irrepetible. Mi más sentido pésame a su hijo Enric, también periodista, y a toda la familia.

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