La semana, ya ven, ha tenido sus alegrías. Por esta vez no han sido los anti ni los políticos ni las promesas incumplidas ni la carestía de la vida ni los rifirrafes del gremio quienes ocuparon los titulares. Así que acostumbrados a los disgustos, las buenas nuevas saben a pan nuevo. Una feria que arranca y otra y otra, una cascada de ferias a la vista, una dura, otra amable, otra que resiste, un cartel que ya deslumbra a lo lejos, Ronda y Morante invitan a soñar, Castella que no quiere quedarse atrás en la fiebre de las gestas y ya no sé si son demasiadas y a más a más, perdón por el giro localista, un torero que se recupera, ese Juli al que ya se le espera… esa es la fuerza mágica de la Fiesta, lo que nos trajo hasta aquí. Sabores sencillos pero espléndidos, elementales, puros y fuertes aunque poco menos que desconocidos para muchos acostumbrados como están a la vulgaridad de los prehorneados.
EL PALCO
