Es una ganadería nueva con una historia centenaria detrás. La parte más numerosa en la que quedó dividido el hierro de Joaquín Buendía -Bucaré- fue adquirida por Carlos Aragón Cancela, que trasladó los animales hasta tierras de Colmenar Viejo. Un proyecto ambicioso, nacido sobre la base de la fidelidad a la sangre de Santa Coloma. Con una selección abierta, óptimos resultados y una afición desbordante, el ganadero de Flor de Jara asegura que tiene un reto: devolver este encaste a las ferias.
“Se está demostrando que este encaste es bueno, es toreable y espero que en un futuro cercano apuesten los toreros por este hierro”
“No hay ningún otro encaste que embista tan despacio. A ello hay que unir la manera de humillar y su fijeza”
“Es un toro bajo, corto de pata y duro de hueso. Tiene la mirada viva y su encornadura es recortada”
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