Siguiendo la tradición, la localidad de Valero, enclavada al fondo de un valle en la sierra salmantina de Francia, inauguró la temporada taurina en Castilla y León. Con excelente ambiente, en una tarde de temperatura primaveral, los cientos de aficionados llegados a esta pintoresca localidad, famosa por la calidad de su miel, no quisieron perderse esta cita ya habitual del calendario taurino.
Para todos fue una grata sorpresa encontrar las importantes mejoras efectuadas en su peculiar coso taurino, al que han realizado varias obras para mejorar la comodidad. Se lidiaron dos novillos de la familia García Jiménez (casa Matilla), que fueron estoqueados por Miguel Ángel Perera, diestro que llegó con toda la ilusión para el inicio de esta campaña, su vigésima como matador de toros. El charro Miguel Ángel Sánchez actuó de sobresaliente y entre los numerosos rostros conocidos se encontraba Gonzalo Santonja, consejero de Cultura de Castilla y León, además del maestro Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio.
Miguel Ángel Perera se lució a la verónica en el abreplaza, un toro que mostró poca fuerza aunque mucha clase. Recibió un picotazo en la suerte de varas. Quitó por tafalleras antes de brindar al público. Lo recibió por estatuarios y tomó la muleta por la diestra para ejecutar una tanda de derechazos suaves y profundos. Después, por la izquierda, llegaron muletazos ceñidos a pesar del novillo y si no tuvieron más emoción fue por la falta de fuerzas de la res. Finalizó con circulares y manoletinas que conectaron y fueron jaleados por el público. Estocada trasera para cortar las dos orejas.
El lidiado en segundo lugar, que lucía el guarismo del 9, era un toro. También hubo buen son a la verónica antes de recetar una buena vara de Ángel Rivas. Quitó por tafalleras para rematar con una media. De nuevo, Perera brindó al público para comenzar con estatuarios de rodillas ante un toro de poca fuerza que perdió varias veces las manos. El pacense le dio sus tiempos y regaló una magnífica serie sobre la diestra marcada por la ligazón. El toro, a la defensiva por la falta de fuerzas, le dio una fea voltereta y en el suelo lo buscó. El torero, enrazado, se puso en pie para seguir al natural con dos series embraguetadas en las que hubo gran conexión con el público, que valoró la entrega y buen hacer de Perera. La pena fue que pinchó antes de una media y tres descabellos, que le quitaron los máximos trofeos dejándole el premio en una oreja. Una oreja de verdad, ganada por el valor y la torería.
Valero, lunes 29 de enero de 2024. Festival. Novillos de Hermanos García Jiménez. Miguel Ángel Perera, dos orejas y oreja. Entrada: Lleno.