El Palco

Píquese bien, ¡por favor!

Rafael Comino Delgado
viernes 08 de mayo de 2015

Madrid es la gran cátedra del toreo y debe dar ejemplo en todo. Debe velar por la pureza e integridad de la Fiesta. Aunque se debe picar bien en Madrid y en todas partes, por el bien de profesionales y aficionados.

Este viernes empieza Madrid, la feria taurina más importante del mundo, en las Ventas del Espíritu Santo, primera plaza del orbe taurino, sin desmerecer a la Maestranza de Sevilla, Vista Alegre de Bilbao, la Monumental de Méjico, Las Arenas de Nimes, etc. Pero Madrid es la gran cátedra y debemos exigirle que continúe siéndolo en todos los aspectos aunque, de vez en cuando, algún presidente se empeñe en lo contrario.

Y gracias a Canal + Toros, millones de aficionados podrán desde su casa ver 31 festejos taurinos consecutivos, cómodamente sentados, sin padecer inclemencias del tiempo, que seguramente algún día se presentarán. Si me lo permiten, en este sentido, quiero añadir que gracias a Canal + y, sobre todo, a don Manuel Molés, que tuvo la idea de crear un canal de toros, que luchó lo indecible para hacerlo realidad, que ha trabajado y trabaja cada día para mejorar las retransmisiones, casi perfectas. Me parece que es de justicia decirlo y lo digo.

La plaza de Las Ventas de Madrid será, en los próximos 31 días, el escaparte del toreo a nivel mundial. Pues bien, no me gustaría ver ni una sola puya puesta en la Cruz o en las Paletillas, o en cualquier lugar fuera del Morrillo, sitio correcto de picar. Los puyazos deben ponerse exactamente entre unos 15 centímetros por delante del hoyo de las agujas, que es donde termina el morrillo (coincide con la 7ª vértebra cervical) y un poquito por detrás de la mitad del morrillo (aproximadamente a nivel de la 4ª vértebra cervical). Ahí, en esa zona, hay una gran masa muscular y el gran ligamento cervical o ligamento de la nuca. Los puyazos puestos en ese lugar no afectan, en absoluto, al aparato locomotor del toro, pero si ahormarán la embestida, haciendo que el toro descuelgue, y le sea muy difícil pegar derrotes, además de sangrar, claro está.

Por tanto, cuando la puya está puesta en el hoyo de las agujas ya es algo trasera. Cuando se pone por detrás del hoyo de las agujas (cruz) o paletillas siempre afecta al aparato locomotor del toro, que perderá las manos fácilmente y, en general, le será difícil moverse, lo que condicionará negativamente su forma de embestir.

Entiendo que el picador pueda cogerlo fuera del lugar correcto, porque el toro se está moviendo y es muy difícil acertar en el lugar exacto, pero debe rectificar cuanto pueda y ponerla en su sitio, cosa que muy pocas veces he visto. Sí he visto muchas veces rectificar para ponerla en la cruz.

Aquellos que se interesen en este tema pueden leer los libros, “La suerte de varas”, de los veterinarios Luis F. Barona y Antonio E. Cuesta y “Cómo ver el toro en la plaza”, del también veterinario José Luis Prieto Garrido, y comprobarán como los puyazos puestos fuera del morrillo, especialmente en la cruz y paletillas son verdaderamente nocivos y nunca cumplen la misión de la suerte de varas, que fundamentalmente es la de valorar la bravura y ahormar la embestida.

Como decía, Madrid es la gran cátedra del toreo y debe dar ejemplo en todo. Debe velar por la pureza e integridad de la Fiesta. Aunque se debe picar bien en Madrid y en todas partes, por el bien de profesionales y aficionados.

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