Colombia

Roca Rey no se detiene, faenón e indulto en Manizales

Rotundo triunfo del diestro peruano, que logra el perdón para el toro “Incógnito” de Santa Bárbara
Paulo Andrés Sánchez Gil
miércoles 06 de enero de 2016

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE RODRIGO URREGO B.

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: RODRIGO URREGO B.

A la plaza de toros de Manizales llegaron algo más de 10.000 espectadores al reclamo de Andrés Roca Rey, y fue notable su respuesta a la expectativa. Lo hizo también la ganadería Santa Bárbara, a la que se le nota en cada encierro el mimo y el tacto con el que el capitán Carlos Barbero y su hijo Juan Carlos hacen su trabajo de ganaderos. Aunque con los kilos en el límite del reglamento, la corrida fue pareja en casi todo. Exceptuando los dos para rejones, los demás fueron de nota alta. Y hubo uno, el sexto, que quiso pasar de “Incógnito”, pero dejó huella profunda en esta 61ª Temporada Taurina de Manizales. Bien ganado el derecho de irse de vuelta a la hacienda, para convertirse en referente de la raza que cría Santa Bárbara allí detrás de los cerros tutelares de Bogotá. Honor a quien honor merece, y esta tarde fue también para los ganaderos y de nuevo para la empresa.

Roca Rey está protagonizando una película maravillosa, sin duda de las mejores “ópera prima” que hemos visto en los últimos años, si a una primera temporada de un torero se refiere la película que cada uno ha escrito. Lo de esta tarde fue la conjunción perfecta de ambición de becerrista con ideas de figura. El aplomo y la frialdad de mente a esa edad son patrimonio escaso en la cantera, y por eso es triunfador. Explayado a la verónica, templado y sereno en cada serie que ligó hasta poner boca abajo a la plaza. No falló en los cálculos y le alcanzó la lucidez para conseguir las orejas. Inapelables toro y torero. Indulto de clamor. Pletórica la afición, y la puerta abierta de par en par para ver pasar por ella al chico que vino a ponerle el dulce a mordiscos a las figuras incontestables del reñido escalafón.

Volver a la vida como ha vuelto Cristóbal Pardo, bien vale la pena la reserva de estas líneas a su comparecencia de esta tarde en medio del delirio provocado por Andrés Roca Rey y el indulto de “Incógnito”. Y es que lo de Pardo ha quedado en apenas una oreja aunque tuvo en sus manos la puerta grande. Tuvo todo lo que una tarde buena debe tener para un torero, pero aún medidas las dosis de esa tauromaquia que retorna por buen rumbo. Trae una idea muy clara, la de torear despacio, otra idea atrancada en algún lado de su genio, la de las manos bajas.

Manizales (Colombia), 5 de enero de 2016. Toros de Santa Bárbara. Muy bien presentados, serios y de buen juego en general, excepto el 4º. El que cerró plaza fue indultado de nombre “Incógnito” con 440 kg., marcado con el número 779. Willy Rodríguez (rejoneador): Palmas y leves pitos; Cristóbal Pardo: Oreja y palmas; Andrés Roca Rey: Ovación con saludos y dos orejas simbólicas tras el indulto. Entrada: Más de tres cuartos de plaza.

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