Tras dos temporadas corroborando su entidad como novillero y logrando triunfos de relevancia que le han labrado crédito y confianza entre profesionales y aficionados, al valenciano Román le ha llegado la hora de tomar las borlas como licenciado en Tauromaquia. El Juli, de padrino, y Sebastián Castella, de testigo, frente a una corrida de Garcigrande. La cita, esta tarde en el Coliseo de Nimes, escenario histórico de grandes alternativas. “El cartel es Inigualable para una alternativa. Me parece increíble todo esto, de verdad. Verme ahí con El Juli y Sebastián Castella, es algo muy importante para mí. Tengo que estar a la altura”, afirma.
Un día clave para la carrera de un torero que recuerda así sus inicios y las etapas que se han ido cumpliendo. “He llegado a algo que ni me lo planteaba cuando empecé en la escuela taurina. Nunca pensé en que las cosas me hubiesen venido como han venido, sin embargo a medida que cortas orejas y vas creciendo van apareciendo los objetivos y los he ido aceptando con naturalidad. Fíjese que cuando empezaba me quería parecer a El Juli. ¿Cómo iba a pensar yo que me iba a dar él la alternativa?”.
“Sé que comienzo un periodo vital para mí. Hasta ahora he cumplido etapas y de algún modo el ser novillero no es sino una preparación para todo lo que va a venir después. Ahora llega lo bonito y lo complicado a la vez. Ahora vendrán las miradas de los patios de caballos, la competencia, las necesidades. Pero me motiva mucho todo eso. No me asustan los retos. Si las actuales figuras han superado sus inicios y han salido adelante, yo también lo puedo conseguir”, manifiesta el diestro, que al contrario de otros no le importa revelar el vestido de estreno que lucirá esta tarde: “Es un verde botella y oro, muy bonito. Me lo ha hecho Santos y lo elegí por azar. No llevaba nada preconcebido. Llegué al sastre y encargué el que me gustó en ese momento”.
